sábado, 28 de enero de 2017

EL TIEMPO PINTADO

Óleo del artista francés Paul Cézanne (1839-1906). "Montagne Sainte-Victoire" (1895).

Clarisa Tomás Campa. © All Rights Reserved.
La lluvia
ha borrado mis acuarelas,
pero sigo pintando en ti
y en los recuerdos...
Estoy llena
de vivos sentimientos.
Desde mi orilla.

El tiempo pintado

Cuando acariciaba flores,
 veía tierra sudorosa y grama.
Cuando lavaba sombras,
descubría pequeños brotes de sonrisas
a punto de ser sazón.
Cuando buscaba alondras,
las nubes encogían precipitadamente
y se volvían espejos luminosos,
ventanales donde mirar ausencias.
Cuando pintaba, solo me nacían montañas,
las montañas salían de mí y llenaban mi casa...

Pinté montañas tristes y arrugadas
con el carmín grosella de mi madre,
y ella las guardó en su regazo mucho tiempo,
decía que eran iguales que su tierra...
En la pared más vieja de la casa
dibujé una montaña temblorosa,
que se hacía elástica y graciosa
como una montaña recién salida de su cuna.
Mis hermanos la llamaban “monperroña”,
porque en las noches ladraba
y asustaba a los sueños...
El día que nos fuimos de allí,
la recuerdo aullando en el balcón...

Pintando, pintando, encontré unos zapatos
llenos de mundos por pincelar y, con ellos me estampé
en todos los muros que no pude saltar,
donde perdí el miedo y gané en audacia...
Le agradezco a los días sus ojos abiertos
que miraban por mí, despertaban en mí...
Nada es mejor que la vida despierta:
¡despertar y vivir!

Y en todas las migraciones mías,
encontré senderos fuera de sus órbitas
despegados de sus mechones
que vagaban con ilusión...
Una estrella habladora por aquí;
un planeta sin nombre por allá;
un cometa inquieto dando vueltas,
ráfagas de luces en espiral...

Ahora que ya no pinto montañas,
me nacen abedules y pájaros azules,
pinceladas agrestes sobre este corazón
que a ratos se emborrona...

Y siempre en mi deambular,
algún secreto se dejó descubrir
abriéndome los ojos de par en par.
Alguno vino a mí con mano generosa,
acarició mi pelo y me hizo un guiño,
y me quitó mi blusa de ignorancias.

*****
Clarisa Tomás Campa. © All Rights Reserved.

*****

Porque estamos llenos de vivos sentimientos...

Gracias, lectores. 🙏
Merci beaucoup à tous!

jueves, 22 de diciembre de 2016

EN LA PUERTA

En mi portal. #Infancia

Hay infancias que duelen
como tejados sin estrellas.
Pero más duele la indiferencia,
la desgracia invisible.

En la puerta

Aquí, en la puerta,
esperando
a que se abra la jaula
y vuele la vida.
Aquí, apretando
ternuras,
aireando tristezas.
Ocupando
los sueños fugaces
en subir a los bordes
y tocar las arpas versátiles,
y cambiar lo que duele en penumbra
por una pequeña sonrisa.

Aquí, inventando
cielos bondadosos
con sus pormenores:
mi casa en el árbol,
mis pies en las nubes.
Y abrir los rincones
al sol de mañana,
y tender mi jardín
en las blondas sutiles,
y encalar las palabras
que lloran a solas.

Aquí, en la puerta,
esperando
alcanzar un reflejo
que busque un espejo
y quiera quedarse.
Esperando a que pase de cerca
un antojo de vida,
y mire mi rostro
con todos sus ojos,
comprenda mi espera,
se apiade de mí.

🌸🌸🌸

Del libro (inédito) : Memoria refugiada, por Clarisa T.

Con este poema, os deseo el mejor de los años para este 2017 que está a la vuelta. Os dejo aquí mi sincero afecto, por todo lo bueno que he recibido de cada lector que me leyó y me lee. Vuestra compañía ha sido y es fundamental, en esta travesía literaria que inicié hace casi cuatro años. 
¡Gracias!
Deseo que vuestra vida sea próspera, enriquecida con todas las cosas buenas que aún os llegarán. Que seáis la esperanza para quienes esperan de vosotros esos momentos de plenitud, que sintáis el lado dulce del despertar, (al menos, de vez en cuando y, con buen humor). Que tengáis los ojos abiertos al porvenir y cada cual encuentre lo que anda buscando, entre su propia música.
Yo, ¿os cuento un secreto?: lo encontré. Pero siempre queda algún temor... Espero que nunca me ciegue la maldita indiferencia.
¡Y  qué bueno es cuando la vida nos toca por dentro! Valoro la música del silencio, del silencio interior...
¡Feliz 2017! ¡Haya paz!

Clarisa Tomás Campa.  © All Rights Reserved.

Gracias, lectores. 🙏
Merci beaucoup à tous!

jueves, 15 de diciembre de 2016

UN REGALO

Os propongo un encuentro literario a través de este portal. Entre algunas imágenes relacionadas con mis vivencias, os ofrezco, de nuevo, mi segundo libro publicado. Poesía escrita desde mis impresiones para dejar mi mensaje de tierra. Palabras que vinieron a mí como cauces y saciaron muchos sentimientos, también me hicieron crecer y ver cuántos de ellos pasan sin ser contemplados...
Apropiado, creo, para leer en cualquier momento o para regalar a los apreciados. (Sólo es sugerencia). 
Si os resultan tres minutos agradables, yo, tan feliz.
Al fin, esto es sólo un ensayo: "el esbozo de un camino", como dijo Hesse. 


Clarisa Tomás Campa. © All Rights Reserved.


Entre dos tierras, está disponible en amazon:




Aquí en este espacio, que es el vuestro, os invito a que leáis también mis libros y difundáis mi pequeño aporte literario a través del regalo del mismo. 

Espero que algunos os animéis y regaléis algún ejemplar de Entre dos tierras junto a los buenos deseos de que el año 2017 que se acerca, sea mejor para todos. La belleza, a pesar de todo no ha muerto, en cualquier parte está anhelando una mirada...

Para mí no ha sido un mal año, nada comparable con la trágica realidad. Dentro de tanta cosa mala, procuro ser positiva y buscar los motivos en las imágenes que tengo más a mano, y mirar bien.  Leer un libro, puede ser una de ellas, o escribirlo...

https://www.amazon.es/Entre-dos-tierras-Clarisa-Tom%C3%A1s/dp/8416611378

https://www.puntorojolibros.com/entre-dos-tierras.htm

FERIA DEL LIBRO DE ALICANTE 2016.
Entre libros: "El aliado de Amara" y "Entre dos tierras".
Autor: Clarisa Tomás-Campa.

Gracias a todos los que me leéis, vuestra lectura es un regalo que recibo con ánimo y con los brazos abiertos. Os deseo lo mejor a cada uno de vosotros, porque estoy segura de que todo lo bueno os merecéis. Yo, aquí os dejo un trocito de mí... (Sé que algunos habéis notado que publiqué esta entrada y al poco tiempo la cerré al público, de nuevo la dejo abierta y perdonad mis dudas).
¡Feliz lectura!

Gracias, lectores. 🙏
Merci beaucoup à tous!

miércoles, 16 de noviembre de 2016

EL DURMIENTE DEL VALLE

Rimbaud a la edad de 17 años, fotografiado por Carjat (1871)

"Par les soirs bleus d'été, j'irai dans les sentiers,
Picoté par les blés, fouler l'herbe menue:
Rêveur, j'en sentirai la fraîcheur à mes pieds.
Je laisserai  le vent baigner ma tête nue".
Sensation. (Mars 1870)


Libro: Poesía (1869-1871)
Edición bilingüe: Introducción y notas de Carlos Barbáchano.
Alianza Editorial
#Literatura


El durmiente del valle

Poema (soneto contra la guerra) de Arthur Rimbaud

« Hay un claro del bosque donde canta un río
que engancha locamente a las yerbas harapos
de plata; donde el sol, desde el monte orgulloso,
brilla: un pequeño valle que rayos espuma.

Un joven soldado, con la boca abierta, la cabeza al aire,
y la nuca bañada por el azulado y fresco berro,
duerme; está tumbado en la yerba, bajo la nube,
pálido en su verde lecho sobre el que llora la luz.

Duerme, con los pies entre los gladiolos. Sueña,
sonriendo como sonreiría un niño enfermo:
Naturaleza, acúnalo cálidamente: tiene frío.

Los perfumes no estremecen su nariz;
duerme al sol, con la mano sobre el pecho
inmóvil. Tiene dos orificios rojos en el costado derecho.»


Le Dormeur du val
C'est un trou de verdure où chante une rivière
Accrochant follement aux herbes des haillons
D'argent; où le soleil, de la montagne fière,
Luit: c'est un petit val qui mousse de rayons.

Un soldat jeune, bouche ouverte, tête nue,
Et la nuque baignant dans le frais cresson bleu,
Dort; il est étendu dans l'herbe, sous la nue,
Pâle dans son lit vert où la lumière pleut.

Les pieds dan les glaïeuls, il dort. Souriant comme
Sourirait un enfant malade, il fait un somme:
Nature, berce-le chaudement: il a froid.

Les parfums en font pas frissonner sa narine;
Il dort dans le soleil, la main sur sa poitrine
Tranquile. Il a deux trous rouges au côte droit.
(Octobre 1870)
💚💝💙💜💛

La magia de su lenguaje y sus imágenes.
Cuando lo normal hubiera sido que el soldado descansara apaciblemente en medio de un esplendoroso día, Rimbaud nos recuerda la estupidez y el absurdo de la condición humana. Pocos testimonios poéticos contra la guerra que alcancen la fuerza expresiva de estos pocos y magistrales versos.
Su corazón ha dejado de latir. La inmovilidad de su cuerpo en violento contraste con la explosión de vida que rodea el cadáver.

Rimbaud, convertido en poeta demiúrgico, hará – como casi todo artista moderno – de la poesía una religión. Su intento fue el de «cambiar la vida» por mediación del verbo poético. Así será considerado por algunos como Roland Barthes como el primer poeta moderno y no Baudelaire.
En su carta a Demeny, convencido, le confiesa: « la poesía ya no pondrá ritmo a la acción; estará por delante».

Un poeta de gran pureza, que luchó a lo largo de toda su trayectoria contra la cultura cristiana, contra la nueva moral que el cristianismo impuso en la tierra. Léase su obra, compréndase su drama, su desgarrada lucha – en la cual perecería – contra los pilares de la sociedad burguesa.

Pero nadie puede negar hoy en día que, hace poco más de un siglo, un adolescente, casi un niño pero también casi un hombre, Jean-Arthur Rimbaud, renovaba, a través de la lengua francesa, gran parte del lenguaje poético occidental. Para algunos, en una supuesta intraducibilidad, pero aunque sí es dificilísimo, sin embargo, como dice Carlos Barbáchano en su introducción: es traducible porque la mejor biografía que sobre él se puede escribir se encuentra en su propia obra: «en su ascendente poesía llena de significados».

Para mí, no hay cosa más triste en la vida que cuando los hombres empiezan a "guerrear". En ese momento, todo se pierde... Quizá la poesía, la música, el arte, sí llegan y alcanzan...


Gracias, lectores. 🙏
Merci beaucoup à tous!

domingo, 9 de octubre de 2016

LAS MONTAÑAS DE BUDA


"Aprender a vivir es
aprender a desprenderse".
Sogyal Rimpoché,
El libro tibetano de la vida
y la muerte.

Invitación a lecturas.
Libro: Las montañas de Buda
Autor: Javier Moro
Páginas: 273
Ilustración: Javier Masero
Ed. Círculo de Lectores, 1997 (Por cortesía de Ed. Seix Barral, 1997)

Libro al que vuelvo de vez en cuando, cuando no quiero olvidar los males de la “invasión”, con todas sus crueldades y que parecen eternos...

Las montañas de Buda narra el periplo de Kinsom y Yandol, dos monjas budistas de quince y diecinueve años condenadas a la terrible cárcel de Gutsa por cantar en público consignas independentistas.
Su historia es la historia de los juicios sin garantías y las torturas escalofriantes; el drama que, tras cuatro décadas de represión, sigue acechando a los miles de tibetanos que sueñan con la libertad y no acatan la doctrina de la República Popular China.
Novela que también es denuncia, en la que Javier Moro a través de esta hermosa historia, va reconstruyendo la historia verídica y silenciosa de dos jóvenes que mantienen encendida la llama de la fe y la dignidad de un pueblo milenario.

CAPÍTULO III
DÍAS DE LUNA Y DE VIENTO
(Fragmento) de libro: Las montañas de Buda.

(…) « En 1993 había siete millones y medio de chinos por seis millones de tibetanos. Una invasión demográfica que resulta cada día más catastrófica para el Tíbet. Hordas de chinos inmigran al país de las nieves siguiendo las consignas de los jerifaltes del partido comunista. Para que olviden los prejuicios de que el Tíbet es un desierto helado poblado de salvajes se les ofrecen jugosos incentivos: tres y cuatro veces el salario que ganan en China, créditos sin interés, alojamiento garantizado, abundantes permisos y vacaciones y hasta una especie de « subvención para respirar», un incentivo que compensa el hecho de que el Tíbet esté a cuatro mil metros de altura. Bosques enteros son talados para construir asentamientos chinos; bloques de cinco y seis pisos con luz y agua corriente surgen en todas las ciudades desfigurando el paisaje. Los barrios tibetanos disponen de electricidad sólo durante tres o cuatro horas, y eso a condición de que haya barrios chinos en la proximidad. De no ser así, no hay luz. Los inmigrantes se quedan con los negocios tradicionales tibetanos, como los restaurantes, las sastrerías, la construcción y las carpinterías. Así crece el número de mendigos. Uno de los efectos perniciosos de todo este proceso es que los tibetanos empiezan a dudar de su propia cultura, y en ocasiones hasta se avergüenzan de ella.

Esta invasión va acompañada de una política de genocidio sistemático. Nadie escapa a la inhumanidad de las medidas de control de natalidad, reforzadas desde un  informe de la Academia de Ciencias Sociales de Shanghai en 1989 aconsejó crear una fuerza especial de policía para practicar abortos en mujeres pertenecientes a minorías nacionales con una población de más de quinientas mil personas. Equipos sanitarios recorren el país de las nieves para hacer cumplir la ley. A esos equipos se les ofrecen incentivos económicos para realizar el mayor número posible de esterilizaciones y abortos. Hay testigos de escenas atroces en las que grupos de mujeres, incluso niñas de trece y catorce años, son llevadas a la fuerza en camiones hacia una clínica. En las zonas más apartadas, donde no hay hospitales, equipos de médicos y enfermeras chinos circulan en jeeps, seguidos por una camioneta que transporta el material. Parten en viajes de tres o cuatro meses y van de pueblo en pueblo buscando mujeres embarazadas de un tercer o cuarto hijo, a veces de un segundo. Al final de cada viaje, llegan a asumir unos dos mil casos. Los informes que denunciaban la realización de abortos forzados en mujeres en gestación avanzada fueron confirmados cuando aparecieron fetos de tres, cuatro y cinco meses en cubos de basura del hospital de Chamdo. El proceso ha llegado aún más lejos, hasta el aniquilamiento de recién nacidos de familias que ya cuentan con dos hijos. La madre da a luz, oye el llanto de su bebé y, una vez relajada y despierta, se entera de que su vástago ha muerto durante el parto. Una doctora tibetana ha confirmado que bebés sanos, bien formados, son sumergidos en cubos de agua y ahogados nada más nacer. «Las madres pierden la cabeza», agregó. Un médico chino, entrevistado por un comité investigador de derechos humanos, admitió que se vio forzado a matar a recién nacidos para cumplir su cuota de abortos. De lo contrario, hubiera perdido el plus económico fijado por tal actividad y se hubiera visto relegado profesionalmente. Para los tibetanos, que viven intensamente su fe budista, en la que acabar con cualquier tipo de vida constituye una terrible transgresión, el efecto de las medidas de control de natalidad es traumático y devastador.»

Un anciano cantaba:
...Nunca olvidaré el rostro de mis padres.
¡Oh, Joya de Sabiduría!
Mi país no lo han vendido, lo han robado...

🌸🌸🌸

Clarisa Tomás Campa.  © All Rights Reserved.

Gracias, lectores. 🙏
Merci beaucoup à tous!