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Esperando en la cola... De mi tiempo en África, lo que más me impresionó fueron las miradas de los niños, los atardeceres de colores infinitos, los días sin prisas, sin destino... Clarisa T. |
Dulce
vida pequeña,
hoy
te quiero cantar.
Tu
mirada se lleva
la
dolencia del mar...
He
podido ver la tormenta en su fuego,
los
rayos ardientes, estridentes gemidos;
No eran luchas de vientos ni fieras ni aullidos,
eran vivos dolores, eran bocas sin nombres.
Duele el ínfimo aliento arrastrado;
envenena mi sangre lo impasible del cosmos,
cuando
tú sólo eres un latir moribundo,
cuando
en el ancho mar ya no caben más ríos...
Me
perdí por los hielos que dejaron las sombras,
me
aboqué al inmenso precipicio de la muerte,
las llamas hirientes, el dolor sin salida,
derramaron presagios, esparcieron cenizas.
Duelen las miles de alas cortadas,
duele la vida pequeña,
el rastro que deja la injusticia del hombre...
Mientras
tú solo eres un pequeño desnudo,
un
quebranto que cae en las grietas del mundo.
Te miro despacio, mi alma se hiela...
Muero contigo, me quedo en tu huella.
Niño sin nombre ahogado entre fronteras,
clamor sin cobijo...
¡Dolorosa astillita de la Tierra!
Dulce
vida pequeña,
hoy
te quiero cantar.
Tu
mirada se eleva
por encima del mar...
🌱🌱🌱
Clarisa T. © All Rights Reserved.
Note: Poema publicado en el blog el 11/02/2013. Editado y publicado de nuevo el 11/02/2020. Gracias.
Gracias, lectores. 🙏
Merci beaucoup à tous!
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