jueves, 22 de diciembre de 2022
EL MOMENTO
domingo, 19 de diciembre de 2021
UN AÑO ATRIBULADO
Un año atribulado
Qué podré contarle a la vida nueva
de estas impresiones ya pasadas,
del terco sacrificio del vivir:
ayer en el cielo, hoy en la tierra.
Mordí todas las manzanas que me dieron,
el amor era tan bello en esos días...
Sonrojé a Venus bajo los cabellos de las nubes,
conocí el sabor de noches sonrosadas...
Hoy volví hasta el río de mi nacimiento,
el sol daba saltos diminutos
sobre las cabezas de los maizales.
La soledad aún no tenía atisbo de cara,
!los ojos del mundo me parecían estrellas¡,
la primavera entregaba sonrisas como panes.
Nosotros, año sin penas y yo, con la boca
aún intacta de pecados,
besábamos los cielos de frambuesa,
izábamos cometas soñadoras...
Quizá después de haber sufrido
el pensamiento humano, él y yo
nos deshojemos el cansancio
como esas margaritas arrancadas...
Qué le contaré a la vida futura
sobre esta que ya se acaba...
Las maletas en la puerta, roturas
de vivencia en los bolsillos...
Tus ojos están tristes, año atribulado,
atrás te quedas estremecido
en diluvios de ocasos...
Avanzo entre sigilos de amapolas
con las rodillas frías,
el destino zigzaguea, aletea,
admiro la dulzura que se pierde
porque ella será beso en otras hojas...
Pero la sombra es audaz
cuando quiere volcar su asalto,
mi corazón tiembla
como un latido sin madriguera.
Si tanto he llorado sobre ti
será que entre todos los contornos,
preferí el tuyo preciso, inenarrable.
A ti te preferí de todos los pasados,
te amé perdidamente y amé esa vida
que desde lejos abrazo...
Qué puedo decirte, ¡año vivido!,
todos se van en busca del porvenir,
pero a mí tu bocado me queda
grande y una profunda ausencia...
Pero el mundo, ¡qué puedo decirte!,
con su instinto voraz y néctar dulce
seguirá dando diabluras y manzanas,
la intensa agonía y la fiel cosecha;
y quizás yo, asombrada de mí
y de tantos ángeles que nos rodean,
renazca sin demonios en otras sabanas
sin melancolía y, resucite a Eva...
🌱🌱🌱
Clarisa Tomás Campa. © All Rights Reserved.
miércoles, 16 de diciembre de 2020
NOCHEBUENA
"Si je change, tout change"
Nochebuena
Sobre las blancas colinas
el viento ruge como un soldado
en el dolor de su último combate.
Es un rugir puntiagudo
que llega suavemente
en la noche de cándidas estrellas.
Todas las puertas permanecen cerradas,
todas las ventanas con sus candados.
Todas las bocas celebran la intensa
cosecha de los mundos torcidos.
Rutilantes campanillas,
campanean... ¡Din, don!
En un cesto, junto al fuego abrasador,
las babilonias disfrutan los festines
desprovistos de todo amor,
mientras la intemperie congela
miles de peladuras de naranjas
y un sin fin de sufridas astillas.
Pero en mi corazón,
el ave de hoja blanca emprende
un vuelo acostumbrado a soñar.
¿A dónde irá en la noche chispeante
de inciensos, sola con su trueno?
Dicen que hay silencios tan hondos
que no quieren salir de su rincón,
por temor a dejar de velar
el gemido del viento en las llanuras.
Que hay aves que nunca guardan
alientos para la vuelta,
porque saben que el regreso
es un valle de espeso olvido.
Que hay ojos que jamás se abren
por miedo a despertar en lugares sin risas.
Que hay flores que no asoman
por espanto a ser bocado de alguna maldad.
Quizás el Corazón universal
es tan sólo un aprendiz de astro,
abrumado por la distancia etérea
entre su ojo derecho y su ojo izquierdo.
Un minúsculo grito
que duele sólo en el Alma.
Un tierno tallo que se rompe, sobrecogido,
por todas las canciones desprendidas de la noche.
Y en su centro original,
él celebra sin bullicio,
junto a todos los nacimientos
que caben en sus ojos,
el amanecer de la soledad del perro,
de la inocencia en abandono,
de la tristeza del cordero en la mesa de Navidad...
Mi corazón, acostumbrado al eco
de la fiesta mundana,
no suena en esta noche divisoria y fugaz.
Quiere temblar en hojas de algún tesoro intacto
pero se desfigura como Luna en el caldero.
Abraza una esperanza escapada, quizás,
de aquella huella que un niño acuna.
Alcanza una planicie con diminutas cruces
hollada de palabras que quieren nacer,
y encuentra lo buscado, ¡allí, allí!
Donde duerme el lucero que dejó de brillar...
🌹🌹🌹
Canción de navidad original del compositor ucraniano Mykola Leontovych y popularizada en todo el mundo. 🤗🌞🎶