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domingo, 2 de enero de 2022

BAJO EL CIELO DE RWENZORI

 

Al primer encuentro. 

"En la radiante curva del día los recuerdos revolotean, me traen luces de tus cabellos revueltos entre los míos. Nuestras cabezas soñolientas sobre la única almohada que nos regaló la luna, en una mañana que siempre está clara, recién pintada de improvisación. Siempre te recuerdo así, como un guerrero vestido de colorida gracia, con el beso azul y el aroma inconfundible a hierba fresca, danzando bajo el cielo de Rwenzori". ( De Prólogo).

"Bajo una luz intensa
las hojas aprenden
a esculpirse en la luna...
Nacen leyendas,
el firmamento guiña y sonríe,
tú duermes, y yo...,
por encima de las ojeras de los árboles
voy diminuta como la flor,
sin ruido apenas
los versos vuelan...
Tú, despiertas... El aire besa
en las colinas todo el amor...
Oh Rwenzori, ¡cuánto verdor!"


Encontré tu sonrisa

Encontré tu sonrisa una mañana
en la puerta del dispensario,
la alegría jugaba con los niños,
engañábamos al pánico y al hacha...
Una piedra lloraba en una esquina
anudada de muerte penetrante...

Burbujas asustadas sobre el suelo,
tus manos se abrasaban y encogían;
las mías eran dos trapos desolados.
En turba fiera ardía la vida y, ¡daba miedo!

Al refugio improvisado me llevaste
entre aullidos de niños y temblores de perros...
El tiempo se detuvo y dejó de contar
porque nada hay más terrible
que una garganta atenazada...

Tenemos tú y yo un cristal
roto en los ojos,
un campo ciego por recorrer,
océanos inmensos asaltan nuestro iris.

Y los brazos nos duelen
de abrazar la desgracia,
de sentir tantas sombras
humeando alaridos...
Ya los mapas no sirven,
ni diluvios sagrados;
ni las huellas de otros,
ni los pasos de aquellos...

Ni la pluma del ave
que se quiebra en el vuelo;
ni el llanto de una tierra cansada de castigo,
ni la fuerza del beso que prendió en la montaña.


Poema publicado en el libro Bajo el cielo de Rwenzori, pág. 25. (9 diciembre 2021)


🍀🍀🍀

Clarisa Tomás Campa.  © All Rights Reserved.



Os presento Bajo el cielo de Rwenzori mi último libro publicado. Os dejo una muestra de su contenido. Sus hojas están llenas de vida, trozos de África en poemas. Pero no os confundáis, son palabras hechas de amor y sólo el Amor las eleva y las canta... Qué puedo deciros, su lectura es breve, apenas 102 páginas. Pero a mí esas palabras me habitaron en un tiempo inquieto e ingenuo, y me abrazaron con todo el esplendor de un continente exultante de belleza. Me siento muy feliz por su publicación. !Gracias! 🌞📚🌞🌱📚🍀📕🌍😃🙋‍♀️😘🎵🎶🪁🤗 Y gracias a la editorial  Universo de Letras (Grupo Planeta) 



Note: Hola lectores: ¡Feliz año 2022!  ¿Muchos regalos?🎁
Mi regalo de año nuevo a sido un libro. ¿No os parece bonito?📕
¡Madre mía, quién soñaba con llegar tan lejos! Pero llegamos...
La familia duerme al abrigo de la última esperanza, 
las calles blancas se embarran y juegan con los besos de la tierra.
La música lejana de los breves recuerdos suena en mi corazón...
Hay una voz ardiente en una esquina, ¡parece conocida!,
le canta al cielo ecléctico su combate de sueños,
(las farolas me miran con asombro de mirlos),
a ver si caen ciruelas y sonrisas... Me digo...
¡Por si acaso abriremos la boca!
¡Danzaremos de nuevo con la vida!

En mi pequeña vida sin importancia, estos latidos hechos palabras, son todo un logro casi inimaginable...

En unos días estará también disponibles en las diferentes plataformas físicas de venta de libros (librerías y grandes superficies), sólo habrá que pedirlo. 📚🎁📖

Algunos enlaces de interés al libro:

Clarisa Tomás Campa

Clarisa Tomás Campa (Europa)

También en Kindle y papel:

Bajo el cielo de Rwenzori en amazon

Clarisa Tomás Campa en amazon

Bajo el cielo de Rwenzori en amazon

https://www.amazon.co.uk

Desde Libros. cc   sin gastos de envío:

Libro Bajo el cielo de Rwenzori

También en los enlaces: 

https://www.overdrive.com

https://www.lavanguardia.com

https://www.nextory.es

En Chapters Indigo Ca Books (Bajo el cielo de Rwenzori)

Clarisa Tomás Campa en Fnac France

En Casa del Libro

En Agapea libros

En Google Books

https://www.popularlibros.com/ebooks-de/poesia-50/

En El Corte Inglés libros

En Unicornio Librerías (books)

Espacios donde se menciona el libro:

https://chelodelatorre.blogspot.com

https://venyenloquece.blogspot.com/

🪁🪁🪁

Música del pueblo Luo de Kenya. Habla de la "lluvia venidera". 


martes, 30 de noviembre de 2021

EL ANHELO

En mi jardín. Semillas amarillas brotando en el corazón...
 

El anhelo

Pequeña flor amarilla

nutre la risa de la mañana.

Con el sueño que aún te germina,

canta y florece; ¡florece y canta!


Anhelaba ser madre

y sentir dentro de mí

la voz viva del hijo.

Y nacieron de mí los lloros

que anhelaba,

y tuve cantos de Titania,

preámbulos de alas y solsticios.


Anhelaba ser madre

y fui madre completa,

de mi seno nacieron

dos rugidos, dos yemas.


Voy y vengo acariciando

hijos, esperanzas de barro,

vespertinos rayos indomables.

Y seguimos unidos al Útero

grandioso, desperdigados

en la agitada sabana de Serengueti.


Vivimos el temporal fragoso,

el despiece y la trémula

imagen del cachorro indefenso.

El deambular del viento dolido

en los cigarrales, barriendo

las semillas desarraigadas.


Anhelaba ser madre, quería

saber qué sienten las estrellas

que subliman lo inasible...

Acaricio mis puentes amados,

les enseño qué hay hay detrás del miedo

y el devenir que siempre nos atrapa.

Juego con ellos a escaparnos

del fuego, del peligro con sus travesuras...


Y vestimos las noches nublosas

con historias de héroes terrenos,

¡de hijos fabulosos anillados al trueno!,

que honran su ascendencia

bronceados de hermosura.


Pequeña flor amarilla,

abraza el corazón

de los breves racimos,

brilla y florece;  ¡florece y brilla!

🌱🌱🌱


Clarisa Tomás Campa.  © All Rights Reserved.

Gracias, lectores. 🙏
Merci beaucoup à tous! 
 

Note: Queridos lectores, de vuelta al trabajo y de nuevo al verbo: "Insistir". Porque insistencia es cuanto tengo. También en los preámbulos de un nuevo libro que pronto, espero, estará disponible para su lectura. Su título es "Bajo el cielo de Rwenzori" y como su nombre ya apunta, habla de África. (En la página donde hablo "sobre mí", puse una imagen de la portada, por si tenéis interés). No obstante, como me gusta mucho el verbo "Compartir", les compartiré algunos de los textos de este nuevo libro, más adelante, en otras entradas. Lo hago con alegría, ya que mi intención al escribir es compartirlo con el ánimo de que la palabra escrita vuele, ande, ría, llegue... Algunas de esas palabras florecerán en las nubes, lo sé; nutrirán los valles de flores de temporada. Ojalá dialoguen con el río... De la vida, de la esperanza que siempre anda escasa; del mensaje que habita en mí... Y de toda la cascada de voces que me nutren. 

Por lo demás, seguimos cantando canciones de cuna a la madrugada para no perder la inocencia que una vez fuimos. Por alguna razón echo de menos mi tiempo de cuna, su sonrisa... 😊Este poema aparece en mi libro "Donde los puentes se alzan" (2017), pág. 29. (Aquí aparece con una pequeña modificación al gusto del momento 🤦‍♀️😃)

Sed muy felices, lectores. Toujours dans mon coeur, merci. 🍀📚🌟🌞🙋‍♀️😘



Nacido entre las flores...

domingo, 9 de agosto de 2020

LA PASEADORA DE MUÑECAS

Imagen de: Monika Sandrová (Praga, República Checa).



La paseadora de muñecas

   Fue a finales de julio. Recogíamos los primeros girasoles  de Ucrania en nuestros recuerdos de maletas exprés. En la calle principal del pueblo fronterizo con Polonia, donde el viento aúlla casi siempre, hacíamos las últimas compras para la vuelta. Y al salir del centro comercial, cargados con regalos y ramos de kalina, nos topamos con una anciana desafortunada que cuidaba su carrito de bebé sobre la acera, mientras sonreía a la gente que pasaba. Ella era muy pequeña y vestía su pobreza sin mascarilla. Parecía una niña arrugada con su pañuelo anudado al cuello y sus dos cuevas brillantes.

   Me acerqué para ver qué había debajo de una mantita con pequeños girasoles bordados, ya desdibujados por el tiempo y la suciedad. Había tres muñequitos. Una muñeca rubia, con la melena desaliñada y sin un ojo; otros dos muñecos ya calvos, desnudos y sin brazos. Ella, al acercarme, los abrigó hasta los ojos y colocó con cariño unas mascarillas descoloridas sobre sus cabezas. Desde su curvatura y pequeñez me miró con dulzura, extendió su mano como un cuenco tembloroso y me pidió algo de comida.
   —Їжа, їжа ... дякую. Бог заплатить вам (Comida, comida... Gracias. Dios se lo pague).
   — сама, сама... (sola, sola).
  En el carrito dejé unos melocotones y una porción de medovik (pastel de miel) que había comprado para Sveta. En su mano dejé 30 grivnas. Ella sólo repetía: "Дякую, Дякую"... (Gracias, gracias). Desbordaba bondad y ternura, casi irresistible...

   Después, en la cena, al comentar nuestro encuentro en la casa familiar, Yuri, nos contó la triste historia de la “Маленький божевільний” (Pequeña loca). La mujer, que no tenía parientes, enviudó joven y quedó con sus tres niños sola. Al siguiente invierno de su tragedia los niños enfermaron de un virus desconocido y murieron. Fue un shock para su mente. Ella se quedó en aquel día, en un tiempo de crianza permanente.
   Desde entonces pasea a sus niños en un carrito de bebé destartalado, camina las calles sin prisa pidiendo comida, sola y sola. Ya pasaron más de sesenta años. Pero jamás la ven llorar. Todos saben que es una iluminadora, incluso creen que da buena suerte mirarla porque en sus ojos, dicen, hay algo de dios que casi ciega. 

   También yo recordaré su imagen sin mascarilla por mucho tiempo.

**************

Clarisa Tomás Campa.  © All Rights Reserved.


Gracias, lectores. 🙏
Merci beaucoup à tous!


miércoles, 7 de agosto de 2019

CUANDO FUIMOS OJOS DE LLUVIA

Libro: "Cuando fuimos ojos de lluvia".
Autor: Clarisa Tomás campa (Julio 2019).
Novedad literaria.


Je crois en moi.
Je crois en mes mains, en ma lettre universelle.
Clarisa T.
   Estimados lectores: Leemos la vida...

   Mi editor acaba de darme la buena noticia  de que mi último libro ya está publicado y libre para su difusión. Me siento feliz de compartir este nuevo eco con todos vosotros. De momento sólo está disponible en alguna plataforma, más adelante se podrá comprar y difundir en otras. ¡Qué cosas! Y yo, lejos... En algún lugar donde una vez fuimos nómadas...

   "Cuando fuimos ojos de lluvia" recopila algunos poemas, cuentos y relatos inéditos, y otros que ya había publicado en este blog. Habla de encuentros con el dolor y también de encuentros con la alegría. En él también se deja escribir la esperanza... Y solo pretende ser una pequeña ventana por donde mirar lo que mueve el viento, lo que hace soñar a las hojas. Quizá un paisaje olvidado, o un cuento que alguien nos recordó en una noche de insomnio. Un oleaje de arboledas bajo la fina lluvia, y que a pesar de todos los relámpagos, siempre viene cargada de amor. ¡Oh Nebulosa!

   En principio iba a ser un proyecto de autopublicación con la editorial de un estimado escritor y compañero de escrituras, por motivos diferentes no pudo ser en esta ocasión; pero habrá otro momento más favorable para publicar con esta fórmula, seguro. Y en verdad le debo mucho a Nino Ortea. Él es un escritor espléndido en todo el sentido de la palabra. Yo también creo en ti, compañero. Merci pour tout!
   En breve pondré el resto de los enlaces donde se podrá adquirir Cuando fuimos ojos de lluvia, tanto en digital como en papel.
   La edición en formato papel es "a demanda", con lo cual si alguien está interesado sólo tiene que pedirlo en su librería habitual y podrá tenerlo en pocos días. 
   Gracias a todos. Siempre animada por vuestro apoyo lector, sigo escribiendo. "¿Seré lectura mañana también yo?". Que decía Unamuno. Ohlalá!🌞📚


Cuando fuimos ojos de lluvia puedes encontrarlo en: 
Amazon libros

El Corte Inglés / Libros

Casa del Libro

Libros. cc

Agapea/Libros

Libros en Google Play

Mención en:
Ven y enloquece

Extractos del libro: "Cuando fuimos ojos de lluvia" de Clarisa Tomás Campa.


"Primero fue la pasión
de amar por encima
de todo lo aprendido.
Después llegó el dolor
para fortalecer
la piel de las semillas".
Del poema "Creación sostenible". 


"Sobre la joven tierra sedosa
dos almas descubrimos
de amor no recorrido,
de amor primaveral
en las ardientes rosas..."

Del poema: "Cuando fuimos ojos de lluvia".


"Yo tenia una casita de porches abiertos,
con guirnaldas de campanillas y pensamientos
que trepaban alegres por su encalado,
allá por el camino que baja a la bahía..."

Del relato-poema: Estación desmemoria".

🌱🌱🌱

Clarisa Tomás Campa. © All Rights Reserved.

Gracias, lectores. 🙏📚
Merci beaucoup à tous!

viernes, 19 de julio de 2019

EL PINTOR DEL MAR


El pintor del mar


   Hace unos años, en un viaje a Varna, conocimos a un extraño que nos dejó honda huella. Recuerdo la historia de Borysko, un excomandante del ejercito ruso de la época en la que colapsó la Unión Soviética, y que había terminado alcohólico y sin hogar. Vivía en la playa. Solía pintar el mar y mientras lo hacía, susurraba el sentimiento que lo invadía. Algunos se paraban a escuchar su soliloquio y mirar sus garabatos. Pero nadie se quedaba mucho tiempo junto a aquel loco exiguo. Mi familia y yo, sí nos quedamos.
   Era nuestro último día de vacaciones y fuimos a despedirnos del mar negro. Al ver a Borysko en aquel trance frente al mar, nos sentamos sobre la arena a su lado y lo escuchamos hasta el final de sus pinceladas.

   Antes, en aquella mañana de julio, disfrutamos de una visita al Museo Arqueológico y sus famosas reliquias tracias de seis mil años de antigüedad, después almorzamos en el parque Primorski. Salido de una luz marina, apareció el hombrecillo de pobre aspecto, abigarrado y con barba de mil años. Cargado con sus bártulos se encaminó en dirección al paseo marítimo. Fue nuestra pariente Katiusha, la que reparó en su guerrera de combate desnutrida. En su pechera, sin embargo, lucían un sin fin de medallas con estrellas doradas, rojas y plateadas, que lo hacían brillar como un nacimiento de solecitos. Recuerdo que Katiusha se emocionó como la voz de una antigua canción de amor que sonaba...

   En un rincón de la playa de Varna, volvimos a verlo esa tarde. El viejo soldado pintaba olas. Le hablaba al mar y blandía su pincel como un fusil que sabe de victorias. En mi cuaderno de viaje plasmé su voz gemidora, junto a un plumón que el viento trajo en un revuelo...

   “Soy un hombre perdido. Perdido como un perro vagabundo sin calle donde dormir. Como el diente de león en los páramos. Como el olvidado en el corazón de Siberia... En tu orilla, ¡oh Negro!, mis manos se baten con las olas y se hacen blancas.... Recogen miradas que cayeron al mar desde su historia...
   Algunos transeúntes me dejan en el cestillo monedas para un trago; otros dejan panecillos que no puedo roer; pero a veces, algún niño me deja una chocolatina envuelta en sonrisas. Los niños me comprenden. Iluminan con su chispeante dulzura mi diario amargo...
   Soy un hombre solo. Solo como el «yo» sin atisbo de Verbo. No tengo compañeros de patio. El tiempo de jugar ya pasó...
  Las olas saltan, me alcanzan de lleno y entonces las prisiones se abren y yo escapo con el mar. ¡Pobre pintor!, —alguien dirá—. Pocos son los que compran mis dibujos. Pocos se llevan esta impronta en lienzos. ¿Acaso importa? Yo siempre he pintado para el ojo del mar...
   Trazo la cara del mar en su cárcel, en su arboleda de nubes, en su viento errático cargado de muerte; y en su lengua rastreadora y en sus raíces sin nombres, coloreo la herida. En los verdes olimpos y en las azules Ítacas de los valles del mar, remezo el arcoíris que ayer cerró los ojos...
   Deslizo el pincel, recojo otra mirada perdida y, ahí queda el mar prolongado. Trazo instantes, pinto melodías de suburbios trasnochados de tempo, que salta enjabonado de espuma. Que apenas se deja acariciar...
   Desde este ángulo, el mar y yo, somos la misma esquina. Incontables manos que se dejan llevar por el vaivén del empuje del vientre indómito. Un mismo estallido. La misma explosión... El mismo abandono a lo que surja mientra la gaviota picotea... Él y yo nos hacemos un hueco entre luces y llamas, saciamos la bravura del oleaje con baños de purpurinas...

   El mar habla continuamente. Lo escucho a barlovento. Cuenta proezas, le dejo narrar... En sus pergaminos coralinos guarda la sangre que derramé... Agradezco a quien pasa y nada pregunta, porque ya no recuerdo el origen de mis palabras solubles, y si hubo un lugar donde habité en sus desfiles...

   Vengo a esta playa como una costumbre de mis pies, por la inercia de mis botas. Admiro el mar, vuelco mi nave desolada en él. La que olvidé como una rosa en el viento. La que dejé al albedrío de los naufragios.
   Soy pinceladas demacradas de aquellas guerras que me abandonaron. Mientras dibujo, hay peces con suerte que escapan de las redes; un niño pasa corriendo detrás de un globo; una paloma herida se duerme a mi lado. Un ala delta sobrevuela la ensenada, deja su ruido arácnido. Y una joven sirena cae del cielo, se levanta de las arenas y se abraza a un joven sirenio con melena de león y maleta de leopardo. Acecho al sol en su baño de horizontes... La vida anda ajena a los eclipses. Aplaudo en mi interior la fuerza que no la derrumba. Porque yo una vez también fui Fortaleza.

   Mientras dibujo explosiones de burbujas y sales, me sacio con abrazos que otros se prodigan. Me conformo con la dolencia que tritura el día. Pero yo nunca fui éste que soy. No. Yo, era...
   Una vez fui otro. Sé que tenía un verbo interior que sabía conjugarse sin herir el idioma. Yo era más que un simple infinitivo, más que un nombre en decadencia. Y podía nacer en besos, y crecía en mil sabores...
   Ahora mis dudas pesan más que mis años. Y mis años ya no recuerdan sus canciones...

   Hoy es el día: ¡A tus órdenes, Negro!
   Soñoliento estoy entre turbulencias. He llegado al desquicio inenarrable. Es la hora, suelto mi mano. Ella dejará de dibujar... Cuando el día se aleje a su trinchera, también yo me iré... Mi mano acaba de caer y a mi alrededor, algunos ojos me admiran extrañados... ¡Oh Mar inconquistable, alza tu mano y pinta!”.

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Clarisa Tomás Campa. © All Rights Reserved.

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Gracias, lectores. 🙏
Merci beaucoup à tous!

Para vuestro interés sobre la tierra de Bulgaria, dejo enlace sobre qué visitar  de sus muchas maravillas:


lunes, 27 de agosto de 2018

POR EL CIELO, A POLONIA

Gdansk, Polonia.
"Agito mi memoria,
tal vez algo en sus ramas,
adormecido por años,
salga de pronto volando".

"Pobudzam moją pamięć,
może coś w swoich gałęziach,
odrętwiałe przez lata,
wyjdź nagle voland ".

Wisława Szymborska. Escritora polaca.
(Premio Nobel de Literatura 1996).


Por el cielo, a Polonia

En la estación de embarque todo fue precipitado:
las maletas se adelantaron. Au revoir!
Mansas ovejas en la sala del matadero,
todas las maletas quedaron en Stand by.

Al pasar sobre las nubes se ven
atardeceres cobijados en sus lomos, sonrojados
de soles, esperan a las grullas en su vuelta de África;
—los ombligos se encogen, cosquillean los pies—.

La pequeña niña agita su mano con emoción
igual que un ala en su primera aventura.
¡Todo es tan ingenuo en las alturas!

La distancia en el cielo es un ojo fantasma, extraño;
con la misma pregunta sin respuesta parpadea,
se confunde entre millones de seres intrigados
en las ondulaciones del rumbo.

Se unen al viaje rumores del este, 
aleteos de pasajeros veloces,
tormentas aulladoras, eléctricas;
las grandes bocas de humo...

Recuerda a las líneas de salida de olímpicas carreras.
A una estampida en llamaradas en las dependencias del eco.
Todo se anuda, precipitado, al cuello del viento:
¡Ristras de pañuelos! Bienvenidas y adioses.

Todo sigue la corriente de un rutinario
de plegarias hasta su desembocadura.
Y entonces se abre la puerta tan esperada,
—la gran puerta donde arriba el viajero
ávido de indicios por descubrir—.

De par en par se muestra la ancestral memoria
en los ramales lucientes de su arboladura.
Las jaulas humanas, cercadas de pasado,
trasnochadas en violines de rojo y gris;

los barcos de guerra que ahora son palomas.
Nobles paraísos, iluminados,
vislumbran los sueños de la ciudad cautivadora
de almas. Mon amour, Varsovia: Je suis ici! 

🌹🌹🌹

(Poème recueilli dans mon journal Voyage, Août 2018).


Clarisa Tomás Campa. © All Rights Reserved.

Palacio de la Cultura y la Ciencia de Varsovia. (Pałac Kultury i Nauki).

Krakowskie Przedmiescie.

Panorámica de Varsovia (Panoramiczny z Warszawy).

Gracias, lector.

Feliz tiempo, allá donde te encuentres...
Bon moment, où que tu sois...
Щасливий час, де б ви не були...
Szczęśliwy czas, gdziekolwiek jesteś...
Happy time, wherever you are...

Gracias, lectores. 🙏
Merci beaucoup à tous!

Nota: Las imágenes de este post no me pertenecen, están tomadas de internet y solo tienen permiso para uso editorial. Gracias.

domingo, 9 de octubre de 2016

LAS MONTAÑAS DE BUDA


"Aprender a vivir es
aprender a desprenderse".
Sogyal Rimpoché,
El libro tibetano de la vida
y la muerte.

Invitación a lecturas.
Libro: Las montañas de Buda
Autor: Javier Moro
Páginas: 273
Ilustración: Javier Masero
Ed. Círculo de Lectores, 1997 (Por cortesía de Ed. Seix Barral, 1997)

Libro al que vuelvo de vez en cuando, cuando no quiero olvidar los males de la “invasión”, con todas sus crueldades y que parecen eternos...

Las montañas de Buda narra el periplo de Kinsom y Yandol, dos monjas budistas de quince y diecinueve años condenadas a la terrible cárcel de Gutsa por cantar en público consignas independentistas.
Su historia es la historia de los juicios sin garantías y las torturas escalofriantes; el drama que, tras cuatro décadas de represión, sigue acechando a los miles de tibetanos que sueñan con la libertad y no acatan la doctrina de la República Popular China.
Novela que también es denuncia, en la que Javier Moro a través de esta hermosa historia, va reconstruyendo la historia verídica y silenciosa de dos jóvenes que mantienen encendida la llama de la fe y la dignidad de un pueblo milenario.

CAPÍTULO III
DÍAS DE LUNA Y DE VIENTO
(Fragmento) de libro: Las montañas de Buda.

(…) « En 1993 había siete millones y medio de chinos por seis millones de tibetanos. Una invasión demográfica que resulta cada día más catastrófica para el Tíbet. Hordas de chinos inmigran al país de las nieves siguiendo las consignas de los jerifaltes del partido comunista. Para que olviden los prejuicios de que el Tíbet es un desierto helado poblado de salvajes se les ofrecen jugosos incentivos: tres y cuatro veces el salario que ganan en China, créditos sin interés, alojamiento garantizado, abundantes permisos y vacaciones y hasta una especie de « subvención para respirar», un incentivo que compensa el hecho de que el Tíbet esté a cuatro mil metros de altura. Bosques enteros son talados para construir asentamientos chinos; bloques de cinco y seis pisos con luz y agua corriente surgen en todas las ciudades desfigurando el paisaje. Los barrios tibetanos disponen de electricidad sólo durante tres o cuatro horas, y eso a condición de que haya barrios chinos en la proximidad. De no ser así, no hay luz. Los inmigrantes se quedan con los negocios tradicionales tibetanos, como los restaurantes, las sastrerías, la construcción y las carpinterías. Así crece el número de mendigos. Uno de los efectos perniciosos de todo este proceso es que los tibetanos empiezan a dudar de su propia cultura, y en ocasiones hasta se avergüenzan de ella.

Esta invasión va acompañada de una política de genocidio sistemático. Nadie escapa a la inhumanidad de las medidas de control de natalidad, reforzadas desde un  informe de la Academia de Ciencias Sociales de Shanghai en 1989 aconsejó crear una fuerza especial de policía para practicar abortos en mujeres pertenecientes a minorías nacionales con una población de más de quinientas mil personas. Equipos sanitarios recorren el país de las nieves para hacer cumplir la ley. A esos equipos se les ofrecen incentivos económicos para realizar el mayor número posible de esterilizaciones y abortos. Hay testigos de escenas atroces en las que grupos de mujeres, incluso niñas de trece y catorce años, son llevadas a la fuerza en camiones hacia una clínica. En las zonas más apartadas, donde no hay hospitales, equipos de médicos y enfermeras chinos circulan en jeeps, seguidos por una camioneta que transporta el material. Parten en viajes de tres o cuatro meses y van de pueblo en pueblo buscando mujeres embarazadas de un tercer o cuarto hijo, a veces de un segundo. Al final de cada viaje, llegan a asumir unos dos mil casos. Los informes que denunciaban la realización de abortos forzados en mujeres en gestación avanzada fueron confirmados cuando aparecieron fetos de tres, cuatro y cinco meses en cubos de basura del hospital de Chamdo. El proceso ha llegado aún más lejos, hasta el aniquilamiento de recién nacidos de familias que ya cuentan con dos hijos. La madre da a luz, oye el llanto de su bebé y, una vez relajada y despierta, se entera de que su vástago ha muerto durante el parto. Una doctora tibetana ha confirmado que bebés sanos, bien formados, son sumergidos en cubos de agua y ahogados nada más nacer. «Las madres pierden la cabeza», agregó. Un médico chino, entrevistado por un comité investigador de derechos humanos, admitió que se vio forzado a matar a recién nacidos para cumplir su cuota de abortos. De lo contrario, hubiera perdido el plus económico fijado por tal actividad y se hubiera visto relegado profesionalmente. Para los tibetanos, que viven intensamente su fe budista, en la que acabar con cualquier tipo de vida constituye una terrible transgresión, el efecto de las medidas de control de natalidad es traumático y devastador.»

Un anciano cantaba:
...Nunca olvidaré el rostro de mis padres.
¡Oh, Joya de Sabiduría!
Mi país no lo han vendido, lo han robado...

🌸🌸🌸

Clarisa Tomás Campa.  © All Rights Reserved.

Gracias, lectores. 🙏
Merci beaucoup à tous!