La gran inconformidad
Se me ha desprendido una hoja del libro,
🌻🌻🌻
Clarisa Tomás Campa. © All Rights Reserved.
La gran inconformidad
Se me ha desprendido una hoja del libro,
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Clarisa Tomás Campa. © All Rights Reserved.
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Clarisa Tomás Campa. © All Rights Reserved.
Al primer encuentro.
"En la radiante curva del día los recuerdos revolotean, me traen luces de tus cabellos revueltos entre los míos. Nuestras cabezas soñolientas sobre la única almohada que nos regaló la luna, en una mañana que siempre está clara, recién pintada de improvisación. Siempre te recuerdo así, como un guerrero vestido de colorida gracia, con el beso azul y el aroma inconfundible a hierba fresca, danzando bajo el cielo de Rwenzori". ( De Prólogo).
Algunos enlaces de interés al libro:
También en Kindle y papel:
Bajo el cielo de Rwenzori en amazon
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Desde Libros. cc sin gastos de envío:
Libro Bajo el cielo de Rwenzori
También en los enlaces:
En Chapters Indigo Ca Books (Bajo el cielo de Rwenzori)
Clarisa Tomás Campa en Fnac France
https://www.popularlibros.com/ebooks-de/poesia-50/
En Unicornio Librerías (books)
Espacios donde se menciona el libro:
https://chelodelatorre.blogspot.com
https://venyenloquece.blogspot.com/
🪁🪁🪁
Imagen del film: "War Horse" (Caballo de batalla), 2011. Dirigida por Steven Spielberg. Basada la novela homónima del escritor Michael Morpurgo, publicada en 1982. Historia de amistad en tiempos de guerra (I Guerra Mundial). Nominada a 6 Óscar de la Academia. Bélica, Amistad.
"Éramos numerosos en la nave;(...)
Y yo, con descuidada confianza
cantaba para aquellos pasajeros".
Alexandr Pushkin
Subí al cielo a romper
Subí al cielo a romper, sobran
muchas cosas —me dije—.
El sapo que escupió al Nacimiento,
la sombra que aplastó el Ideal,
la cruz que clavó en el pecho
de Tierra el largo sufrimiento
de la guerra, sin más explicaciones.
Las cúpulas de oro esclavizado,
las fronteras destierros,
los ojos despiadados de los cepos.
El amargo destino de los perros...
Y fui y rompí el cielo, y cayeron
todas las preguntas atrapadas,
y todos los corderos degollados.
Se abrieron los vestales, y cayeron
los velos de las diosas inmortales
con todas sus Venus, Afroditas.
Cayó una tormenta silenciosa detrás
de una garza carbonizada por un rayo,
y todos los sueños de las aves,
y todos los pañuelos de las manos...
Y todas las mañanas que no fueron,
deshechas de esperas, cayeron;
las piedras arañadas de silencio,
las mentiras arrugadas de los tiempos,
los remos insondables de Caronte.
Lloró el cielo grandes rompimientos, días
desaprovechados con su traje sin estrenar;
bellas miradas de los ojos que quedaron atrás,
y todos los caballos de batalla con su alondra
salvaje y sus potrillos de viento...
Lloraba lo maldito, lo innumerable,
después de un día de muerte precipitada;
dioses diminutos y dioses gigantescos, lloraban...
Lloraron los cielos lágrimas de arenas,
los anillos de Saturno, lloraron con toda su melena...
Cayó mi nacimiento y mi primer juego
en la orilla de las palabras aún sin porvenir,
mi dolencia errante y su raíz...
Cayeron las letras de mi nombre
y toda la nostalgia que bebí.
Después todo fue nieve y alas ingenuas
sobre mi corazón, algo cansado... ¡Tal vez el pájaro
del árbol donde anidé, me llevaría con Él!
Subí al cielo a romper.
🍀🍀🍀
Clarisa Tomás Campa. © All Rights Reserved.
"Y el día dura tanto como un siglo
y no se acaba el abrazo".
Borís Pasternak
Secretos del jardín
Rosa de la vida,
tiempo niño del río,
pies sin retorno
poco a poco a la muerte...
Llora un niño
mordido por todos lados,
le tapan la boca.
Destrozado su espejo,
lo tiran al borde.
¡Mudo ángel, despierta!
Abre los brazos
la extensa Galaxia:
enciende un buen fuego
en la gran bola nieve.
El grito de la rosa
rompe la espada del cielo,
ya no llora el niño mordido.
Sin despegar los labios
el silencio se entretiene con un lirio,
pero el pájaro carpintero
sigue en el mismo lugar.
Sueña la montaña
con quitarse las sombras
hasta la última sílaba perdurable.
Las nubes han caído
en los viejos acantilados,
el grito de la rosa levanta la cabeza:
¡es inútil nadar en el barro!
Al poniente, los girasoles
de Van Gogh giran plenos,
son sauces misteriosos
sin ruido ni espuma.
Fugitivos barcos
por anchos desiertos,
reman sus hombros
de mar y ventura.
¿A dónde van las aves
con sus alas rotas?
A dónde, cuando el aguacero
enriza el invernal...
De pronto una estrella
danza distraída
sobre los huesos del mundo.
Millones de luciérnagas
se alejan en la cellisca.
¿A dónde va la vida
que no fue palabra
en las llanuras del eco?
¿El canto de la rosa
que nació del grito?
La Madre de las rosas,
quietamente sentada,
mira crecer la hierba,
la confusión sin voces...
Multitud de caminos
sonríen compasivos a las hojas
caídas del otoñal.
Donde lo sin nombre
versa con la corteza,
ulula sin hogar
un verso prodigioso.
El renacer siempre surge
después de ser destruida
la espalda de la miseria.
Pero la flor caída
no volverá al temblor
de la tierna rama...
Sólo el grito de la rosa
sin límites fulgura
profundo y claro.
Ciervo brillante de lunas,
épico y veloz
agita las montañas.