A white tree
Presagio
Hoy he llegado tarde a
la cita con mi médico.
En verdad he pasado de
la cita y me he ido al parque Norte,
la
tierra blanca se confundía con mis sentimientos
azules bajo los
cielos rápidos.
Todo parecía ir de
prisa: los niños con sus juegos, la brisa
sobre las hojas caídas
chasqueando sus cuentos.
Pero yo iba despacio,
casi paralizado...
No lejos de mí, las imágenes se suceden...
Una joven espera sobre el puentecillo
del lago azul; al
momento, un joven,
con aparente prisa, ha llegado a su lado
y la ha besado. Se han
besado con permanencia...
Después se han ido de
la mano
mirándose y acercando
sus cabecitas
hasta desaparecer...
¡Qué bello es el amor,
aún visto desde lejos!
Falté al trabajo el
día de hoy. Desde la mañana
estoy meditabundo, mi mente abstraída en
las nubes...
Lancé tan lejos como
pude la mochila
que tantos años llevo
pegada al costado.
Me hubiese alegrado
viajar en una de aquellas,
en la más alta, en su
mullido algodón sin
pesadumbre...
Decidí llamar al
trabajo para quedar bien.
Puse excusas que ni yo mismo me he
creído...
¡No sé cuándo
aprenderé a mentir!
Debo aprender
a desconectar de la
costumbre de vivir servil.
Desapegarme
de mis silencios, hacer
más ruido, cantar
aunque acudan las
lluvias...
Debo dejar que mi
fragilidad se la lleve el viento...
Debo perdonarme por no
ser lo que otros esperan.
Debo perdonar al mundo
por no girar en mi elíptica.
No sé cuándo
domestiqué mis emociones
y todas las ilusiones
que nacieron
en mi alma y en mi
corazón...
No sé cuánto tiempo
estuvo mi soledad a la intemperie...
Y fui viviendo sin ser
yo por temor a no ser ovalado.
Bien sé que el mundo y
yo no viajamos en la misma elipse...
Mi inocencia
desatendida y el reloj
con su tic, tac,
pisándome los talones...
Es amargo sentir que he
dejado de quererme,
ojalá mi corazón y mi
alma siempre me quieran...
Ahora, ya anochecido,
frente a la puerta de
mi corazón, he llamado...
Entro en casa. Por un
instante, he sentido miedo
de que él no me
abriera.
Pero mi corazón es
bueno;
a pesar de las veces que lo dejé plantado,
a pesar de los años
que carga con mi tristeza,
me ha abierto sus
brazos sin preguntas.
Paso al salón, mi alma
lleva ahí esperándome todo el día...
Me sonríe, ella es un
alma que sabe purificarse...
Mi corazón y mi alma
se miran, observo una sospecha
de preocupación que
intentan disimular...
Quizá se pregunten, en
su lenguaje ingenuo:
«¿qué
le ocurre a Rasmus?»
«¿Dónde
está su alegría?».
Reconozco que no he
tenido fuerzas
para darles
explicaciones.
Mi alma y mi corazón
forman una piña,
siempre se unen cuando
yo desfallezco.
Ahora, se acercan a mí
y suspiran.
Me acarician el pelo,
las manos...
Se alejan y vuelven con
una taza de té...
Se acomodan a mi lado y
besan mi cara;
mi cara, donde una
lágrima se hace río...
¡Señor de los
océanos, dame valor!
Y ahora me pregunto:
«Cómo les diré a mi alma
y a mi corazón que
quizás pronto nos separemos?
Clarisa T. © All Rights Reserved.
Gracias, lectores. 🙏📚
Merci beaucoup à tous
Queridos lectores, amigos de esta orilla, gracias. Os pido perdón de ante mano, porque no podré corresponderos como me gustaría. Tengo el tiempo escueto y frío. Las cosas siguen frías por el norte y en las guerras... Ahora ya ni pido que se acaben, ¿de qué serviría? No me han vencido, no. Sólo guardo silencio y espero cantando... ¡Siempre con mi aliada Música! Soy fiel a la Alegría, guardo su mandamiento.
En este poema hablo de la "transformación" de un ser, (inspirado en un amigo cercano al que quiero mucho y que ha superado grandes retos. Él pertenece a una clase de árboles blancos, poco comunes). Hablo de todo lo que hay que abandonar para volver a ser el "yo" inicial o verdadero. Porque hay algo único en nuestro interior que prevalece, y aún siendo doloroso romper con lo aprendido, hay veces que es necesario volver a donde pertenecemos. Igual, y tristemente, hasta las guerras suceden para un cambio... No sé, duele tanta matanza de perros y niños, esperanzas...
!Abrazo grande!