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Imagen del film: Le silence de la mer del director Pierre Boutron (2004). Basada en la obra homónima del escritor francés Vercors (Jean Bruller , 1902-1991). |
HISTORIA BREVE: PRECEDENTE Y RESISTENCIA
Le silence de la mer (El silencio del
mar), libro de Vercors, no sólo puede ser considerada una pequeña
obra maestra de la literatura francesa, sino seguramente el título
más representativo de la Resistencia cultural de Francia contra la
ocupación alemana durante la Segunda Guerra Mundial. También, bajo
estos hechos históricos, otras obras narrativas, se crearon y de
las cuales algunas que leí han sido reconocidas como excelentes
obras. Como: Mon village à l'heure allemande (Mi pueblo a la hora
alemana), de Jean-Louis Bory; La Lutte de l'ange (La lucha del
ángel), de André Malraux, y Les Amants d'Avignon (Los
amantes de Aviñón), de Elsa Triolet, que entre otras,
constituirían una valiosa muestra de una producción literaria
vinculada a una concreta situación histórica.
Las relaciones entre Francia y Alemania
han sido frecuentemente conflictivas. Las primeras contiendas
tribales entre ambas se remontan a los primitivos galos y germanos,
continuando en el transcurso del Medievo, hasta la llamada Edad
Contemporánea. La intervención napoleónica, tras las gloriosas
jornadas de Marengo y Austerlitz, provoca la desintegración del
Sacro Imperio Romano Germánico y su división en pequeños Estados
carente de poder efectivo ante el soberano francés.
Alemania se reunificó bajo la férula
prusiana. En 1870 Napoleón III declara la guerra a Prusia. Al
termino de la guerra franco-prusiana el emperador francés es
derrotado y capturado en Sedán, y París sufre un asedio ante el
cual ha de capitular, por primera vez en su historia. Se firma la Paz
en Versalles, y nace la III República y el traspaso de Alsacia y
Lorena a Alemania.
Las hostilidades se reanudan de nuevo en
Julio de 1914. La Primera Guerra Mundial comienza a raíz del
asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria en Sarajevo.
El ejército alemán penetra de nuevo en Francia, pero no llega a
París: la contraofensiva francesa logra detener el avance enemigo a
orillas del Marne. En 1919 finaliza la gran contienda europea con la
rendición de Alemania, se suscriben los tratados de paz en Versalles
y se crea la Sociedad de Naciones. Son de sobra conocidas las
circunstancias que alteraron el precario equilibrio político del
periodo de entreguerras.
En 1939, Hitler iniciará la Blitzkrieg
(guerra relámpago), invadiendo Polonia en septiembre de 1939.
Inglaterra y Francia le declaran la guerra. Holanda y Bélgica
capitularon en mayo de 1940 y el cinco de junio, las fuerzas de
Wehrmacht, entraban en
Francia, y tras nueve días, ocuparon París sin dificultad. Se
formalizó entonces, un degradante armisticio franco-alemán el 22 de
junio en Compiègne, y el
país quedó dividido en dos zonas:
la ocupada al norte y al oeste; y la libre, con capital en Vichy bajo
la jefatura de Pétain. Y
en rigor, toda Francia estaba ocupada y a sus habitantes no les
quedaba más que dos soluciones: colaborar o resistir.
ARGUMENTO
Los acontecimientos ocurren en una casa
francesa durante la ocupación alemana.
Un joven oficial del ejército alemán de
ocupación ha de alojarse en una localidad próxima a París habitada
por un anciano y su sobrina. El alemán, llamado Werner von Ebrennac,
es un hombre correcto y sensible, compositor de música en su vida
civil, pacifista, amante de Francia y su cultura. El anciano es el
narrador anónimo de la historia. La sobrina, también anónima, se
limita a cumplir unas vagas funciones domésticas y a permanecer
callada: su obstinado silencio es una reproducción individual del
silencio de Francia ante el invasor, una muestra palpable de esa
dignidad que, en un antiguo cuento de hadas, posee la Bella frente a
la bestia. Werner, progresivamente atraído por la muchacha, no deja
de ser optimista y aplica la moraleja del cuento a las relaciones
entre Francia y Alemania.
“ La bella tarda mucho tiempo en
querer. Sin embargo, poco a poco, descubre que en el fondo de los
ojos de su odiado carcelero hay una luz..., un reflejo donde puede
leerse la súplica y el amor”...
Al fin del relato, el mismo Werner von
Ebrennac, intentando seducir a la muchacha y a su tío se hace a la
vez víctima y cómplice de los enemigos de Francia. Y ahí surge la
controversia del personaje, y es que yendo, no obstante, a batirse
por Hitler y los suyos, renegaba de sí mismo, como buen alemán
obediente. Lo que justificaba aún más el silencio de sus
anfitriones (tío y sobrina).
El silencio del mar no es un relato
documental, sino alegórico. Y el título de la novela, confesaría
el propio Vercors se debía a una imagen que le había perseguido:
“El mar, «hogar
tranquilo», como lo
llama Valéry, tan sereno y silencioso bajo el cielo azul, no por
ello disimula la refriega de los animales en las profundidades, que
se desgarran entre sí y se devoran unos a otros. Así, bajo el
silencio de la joven y su tío se encuentra todo el ardor de los
sentimientos escondido, toda la violencia de un combate espiritual”.
Este libro, siempre me gustó y lo he
releído varias veces. Es un libro sencillo, donde mientras
aparentemente, no pasa nada, pasa todo. Los momentos “silenciosos”
del narrador, son muy bellos y permite al lector, ser cómplice de
esa insurgencia que se rebela contra el invasor, sin mediar palabras
y, a la vez, esa personalización del pacifismo, en el huésped
forzoso, que aunque manifiesta su admiración por la cultura
francesa, encubre su propósito de destruirla.
Se
hicieron dos versiones para el cine. La primera en 1949, del
director: Jean-Pierre Melville, con guión del mismo y fiel a la
novela de Vercors.
En
2004, Pierre Boutron, dirigió una nueva versión de Le
silence de la mer,
de Vercors, pero en esta ocasión, la versión cambia el rol de los
dos personajes principales, y en vez de tío y sobrina, aquí son
abuelo y nieta. Esta versión obtuvo varios premios en el Festival de
Cine de Sainz-Tropez 2004. Mejor film de televisón; Mejor actriz
(Julie Delarme) y Mejor música. Excelente film, que merece ver en su
idioma original, pero eso sí, primero leed el libro. Una pequeña
joya llena de buena literatura y rica en significados.