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Imagen del film: "Mi Chica" (1991) de Howard Zieff. (Película inolvidable). |
Al tiempo de la niñez,
cuando las cosas tenían su propia aventura estelar...
Niño de plata
Tengo para mi bien, un corazón armado
con guirnaldas de tréboles
y flores amarillas trepadoras,
incesantes, perdurables.
...Y era un niño de plata quien llegaba a mi puerta
en inviernos calados, y callado esperaba
con su cara rosada y sus brazos largos como estelas.
Yo también era niña de boca sellada
que jugaba con risas tiernas caídas de la lluvia...
Me alegraba su cara de luna llena,
su boca bordada
con arco iris creíbles y sinceros.
Era buena mi infancia de enredaderas,
entre hilos de cometas voladoras.
Y subía ¡tantas veces! por escalas columpias
y volteaba en el aire,
aleteos sobre la cornisa
más allá de ondas cristalinas,
más allá del sabor
del algodón de azúcar.
Fue aquel tiempo de pruebas nucleares
que cielo y tierra se abrasaron de golpe:
la lluvia se hizo espesa,
el invierno llegó tarde
sin su capa de nieve,
sin su manto de cuentos y princesas.
Y perdí tu mirada, quedé extraviada...
Fue una mañana sin refugio de hadas.
¡Y no he vuelto a verte niño de plata!
Tú, que a mi casa llegabas
en los inviernos fríos y algo rotos,
con tus ojos de luz.
Y yo, trapecista indomable,
subía a tus ventanas sin temor.
¡Cuántos paisajes vimos
mientras nacían estrellas en racimos!
Se fundió la blancura con el rojo sensible,
entre islas prendidas de las nubes.
Cayó la magia de luna,
murió el duende de las locuras...
Mas..., para mi consuelo,
un corazón armado con guirnaldas tengo.
¡Niño de plata de ojos luceros!
Miles de campanillas
me crecen sobre el pecho,
guirnaldas de tréboles
y flores amarillas...,
dulces como el recuerdo.
🌻🌻🌻
Clarisa Tomás Campa. © All Rights Reserved.
Gracias, lectores. 🙏
Merci beaucoup à tous!