viernes, 3 de abril de 2020

MIENTRAS PASA UN VIRUS


 “Puedes no ser poeta, pero por fuerza has de ser ciudadano”.
Nekrásov.

Mientras pasa un virus

El mundo
se esconde detrás de la ventana
y yo en la foto de nuestro aniversario,
ella ocupa el centro de mis horas ocultas
a donde vuelvo una y otra vez,
y paseo por tus ojos, en tus brazos...

Fue en abril (igual que ahora),
tu mechón dorado, caía
despeinado en mi mejilla
como el rayo
distraído en la ventana.
Y ahí, nosotros, inmortales
y estáticos, llenos de dulzor.

Las montañas
comienzan a fundirse
sobre mi corazón, el mar
se espuma en las orillas,
pero el tiempo va lento, cabizbajo
se enrosca en las farolas, y de pronto
sacude sonajas en mis pies.
Y se hace una pelota, ladra
y ladra; Lúa salta y le responde,
y detrás de la ventana
juguetean ladridos por la alfombra.
Y yo sonrío...

Escucho tus mensajes, ¡mil veces, un millón! 
En la inmortal distancia, cuento besos
aparentes en el techo nuboso,
y caen ovejas blancas con sus corderitos
y mi cama se llena de balidos: ¡beeee...!
Me acurruco en tu jersey, 
llueve en la ventana
y muerdo, lentamente, el último bombón...

Toque de queda en Kiev, no hay
vuelos... Cierran las fronteras...
Europa confinada, ya no podrás venir
para mi cumpleaños —lo sé—.
Y... “¿cómo lo llevas?” —me preguntas—,
y no sé qué decir...
Lo llevo bien, lo llevo bien...
Te contesto con un emoji
de cara amarilla sonriente...
El móvil quema y aúlla como el alma
de esos gatos de las calles...
Muere la vieja luna en los tejados,
el sueño de la vida gimotea en la ventana
y yo no me acostumbro a estar sin ti.

Amanece... Pasan cielos...
Pasan aves, graznan animosas
y yo alzo mis palomas...
Quién fuera pluma de arcoíris
o jirafa de lengua larga
y colarme por tu ventana...

La historia escribe... Noticias terribles.
Cada uno combate con sus fuerzas, su guerra;
pero los hay que luchan espléndidos
por otros,  y se funden con otros,
cuerpo a cuerpo, vida a vida.
Esperanzas revolotean... En la ventana.

¿El fin de algunas cosas? —Dicen unos—;
¿el principio de otra era? —Dicen otros—.
Mañana, mañana, lo sabremos...
Voluntad tiene el árbol que crece en la montaña.
Como Chéjov, también yo me pregunto:
¿Para qué escribir, si una no puede
solucionar los problemas principales?
Se empañan los cristales. Y yo, detrás de la ventana...
⭐⭐⭐

Clarisa Tomás Campa.  © All Rights Reserved.

Gracias, lectores. 🙏
Merci beaucoup à tous!

#YoMeQuedoEnCasa
Mucho ánimo a todos. Ya queda menos.🌍🙏✌ 😷



Chanson: Ça va ça va 
Letra y música: Claudio Capéo

Feliz lectura en cuarentena
y felices encuentros literarios y musicales. 😷👋🙋‍♀️📚🎶💚🙏🌹🌍✌

miércoles, 18 de marzo de 2020

POETA EN NUEVA YORK



Clarisa Tomás Campa.  © All Rights Reserved.
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VUELTA A LA CIUDAD
New York
OFICINA Y DENUNCIA

Debajo de las multiplicaciones
hay una gota de sangre de pato;
debajo de las divisiones
hay una gota de sangre de marinero;
debajo de las sumas, un río de sangre tierna.
Un río que viene cantando
por los dormitorios de los arrabales,
y es plata, cemento o brisa
en el alba mentida de New York.
Existen las montañas. Lo sé.
Y los anteojos para la sabiduría.
Lo sé. Pero yo no he venido a ver el cielo.
Yo he venido para ver la turbia sangre.
La sangre que lleva a las máquinas a las cataratas
y el espíritu a la lengua de la cobra.
Todos los días se matan en New York
cuatro millones de patos,
cinco millones de cerdos,
dos mil palomas para el gusto de los agonizantes,
un millón de vacas,
un millón de corderos,
y dos millones de gallos,
que dejan los cielos hechos añicos.
Más vale sollozar afilando la navaja
o asesinar a los perros
en las alucinantes cacerías,
que resistir en la madrugada
los interminables trenes de leche,
los interminables trenes de sangre
y los trenes de rosas maniatadas
por los comerciantes de perfumes.
Los patos y las palomas,
y los cerdos y los corderos
ponen sus gotas de sangre
debajo de las multiplicaciones,
y los terribles alaridos de las vacas estrujadas
llenan de dolor el valle
donde el Hudson se emborracha con aceite.
Yo denuncio a toda la gente
que ignora la otra mitad,
la mitad irredimible
que levanta sus montes de cemento
donde laten los corazones
de los animalitos que se olvidan
y donde caeremos todos
en la última fiesta de los taladros.
Os escupo a la cara.
La otra mitad me escucha
devorando, orinando, volando en su pureza,
como los niños de las porterías
que llevan frágiles palitos
a los huecos donde se oxidan
las antenas de los insectos.
No es el infierno, es la calle.
No es la muerte, es la tienda de frutas.
Hay un mundo de ríos quebrados
y distancias inasibles
en la patita de ese gato
quebrada por el automóvil,
y yo oigo el canto de la lombriz
en el corazón de muchas niñas.
Óxido, fermento, tierra estremecida.
Tierra tú mismo que nadas
por los números de la oficina.
¿Qué voy a hacer? ¿Ordenar los paisajes?
¿Ordenar los amores que luego son fotografías,
que luego son pedazos de madera
y bocanadas de sangre?
San Ignacio de Loyola
asesinó a un pequeño conejo
y todavía sus labios gimen
por las torres de las iglesias.
No, no, no, no; yo denuncio.
Yo denuncio la conjura
de estas desiertas oficinas
que no radian las agonías,
que borran los programas de la selva,
y me ofrezco a ser comido
por las vacas estrujadas
cuando sus gritos llenan el valle
donde el Hudson se emborracha con aceite.

Del libro: Poeta en New York (Lorca)

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Federico García Lorca (Poeta del 27) nació en Fuentevaqueros, el 5 de junio de 1898, hijo de una acaudalada familia. Estudió Derecho y Filosofía y Letras.
En 1909 conoce a Fernando de los Ríos, uno de los más ilustres dirigentes del socialismo español. En 1917 realiza un viaje por Andalucía y las dos Castillas. En estos años conoce y hace amistad con Antonio Machado, Manuel de Falla y Juan Ramón Jimenez.
En 1918 aparece su primer libro, en prosa, Impresiones y paisajes. En 1919 se traslada a Madrid, para continuar sus estudios universitarios.
En la Residencia de Estudiantes hace amistad con otros residentes, Salvador Dalí, Luis Buñuel, Moreno Villa y Emilio Prados. En 1920 estrena su primera obra dramática El maleficio de la mariposa. En 1921 publica su primera obra poética Libro de poemas.
En 1929 Lorca viaja a Estados Unidos y vive en régimen de estudiante invitado en la Columbia University, pasando el verano en Eden Mills.
En 1930 marcha a Cuba a dar un ciclo de conferencias. En 1931 de proclama la República y Lorca publica el Poema del Cante Jondo, y funda el teatro de La Barraca. Estrena Bodas de sangre y El amor de don Perlimplín. Vivirá hasta marzo de 1934 en Buenos Aires.
A su regreso a España, en 1935, escribe el Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías y estrena sus obras Yerma y Doña Rosita, la soltera. En 1936 participa en el homenaje a Cernuda por la publicación de La realidad y el deseo. Anuncia su partida a Méjico (viaje que no llegaría a hacer) y termina su drama La casa de Bernalda Alba. El 16 de julio de 1936, atemorizado por los acontecimientos políticos, se marcha a Granada, donde es detenido en agosto y fusilado en el barranco de Viznar, en la madrugada del 19 al 20, entre un maestro y un banderillero. Póstumamente se publicarían otras obras suyas como Poeta en New York, El diván del Tamarit y numerosas ediciones de sus Obras completas. Es uno de lo autores más traducidos y publicados en el mundo.

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Clarisa Tomás Campa.  © All Rights Reserved.

   Estimados lectores, en estos tiempos de Coronavirus y otras realidades, al igual que muchos debo permanecer en casa. Parte de mi tiempo lo dedico a leer y escribir, es un buen momento para leer aquellos libros o historias que no tuvimos tiempo. En una velada familiar, hemos recordado la obra de Lorca y releído algunos de sus versos. Este que escribo aquí es de su etapa en New York y publicado cuatro años después de su muerte. Escrito desde una estética desbordada de surrealismo y de una belleza difícil de explicar. La verdad es que he vuelto a descubrir al gran poeta y dramaturgo granadino, tan excelso y admirable y que tuvo un final tan injusto y trágico. ¡Viva Lorca! Viva su obra siempre entre nosotros.


Desde aquí, aprovecho para enviar un abrazo y mi agradecimiento a todos los hombres y mujeres que ante esta pandemia nos cuidan, nos ayudan y con su trabajo y sacrificio están logrando apartar este "monstruo" mundial . Gracias a todos.

#YoMeQuedoEnCasa

Gracias, lectores. 🙏
Merci beaucoup à tous!


Canción que Leonard Cohen dedicó a la memoria de Lorca
basada en uno de sus poemas, titulado: "Pequeño vals vienés". Realmente interesante.🌹🎵

viernes, 24 de enero de 2020

DÍAS DE LLUVIA

"Lluvia de colores" de la pintora Helena Lebrato.
Pintora, ilustradora. Genial artista contemporánea española que recomiendo visiten. 
#Pintura #Ilustración #Arte


Clarisa Tomás Campa.  © All Rights Reserved.

Invitación a leer:

El poema "Días de lluvia" pueden leerlo en la maravillosa revista de literatura, editada en Argentina:
https://www.lapoesiaalcanza.com.ar/espacio-abierto

Pertenece al poemario: "Entre dos tierras". Libro publicado en noviembre de 2015.


Días de lluvia
Me gusta la mirada del que mira y parece
eclipsado por lunas que brillaron ayer,
mas en su claro iris,
solo está el recuerdo perdido.
Corre, vuela...

Y qué hacer, en esos días que llueven los inviernos,
cuando el color solo sabe de dos
y el gris es permanente,
un techo de universo en blanco y negro.
Blanco y negro fundidos...

Los átomos de piel se asoman distraídos,
observando de lejos lo que el tiempo se lleva.
Y la piel ya no se queja,
se abriga con la tierra,
espera...                      
                                                       
Un transeúnte pasa y es uno cualquiera,
con su invectiva a cuesta, con su dolencia clama.
Y en sus divagaciones, los zapatos se agrietan...

Al hombro los presagios, lloviendo en los rincones,
ya no pesan silencios ni acaso las palabras,
los solos van calando, se empapan las nostalgias.

Me gustan las calles batidas por la lluvia,
de esos días de invierno que a ti también te gustan...

Y, que a veces van sin fechas y crean un calendario,
y forman un preámbulo de múltiples instantes
abriendo aquellas páginas de nuestras soledades.

Generan estaciones de extensos soliloquios,
entre la fina lluvia y las necesidades;
y a veces, sólo a veces,
me gustan los inviernos.
Esos días de lluvia que parecen que cantan...

🌱🌱🌱
Libro: "Entre dos tierras", página 2o. 
🌱🌱🌱
Clarisa Tomás Campa.  © All Rights Reserved.

Gracias, lectores. 🙏
Merci beaucoup à tous!

viernes, 10 de enero de 2020

UNA VEZ TUVE UN CUENTO

Imagen del film: L'odeur de la papaye verte (Mùi du du xanh) 1993.
Director: 
Tran Anh Hung. Coproducción Vietnam-Francia.
Premios en el Festival de Cannes: Cámara de Oro y Premio de la Juventud.

 Entonces pude oír
pequeños latidos... 
Dulce es la vida si prestas atención.

🌸🌸🌸
Una vez tuve un cuento

Mañana, mañana...
Harán tu cuna en los albores
las mariposas blancas.
Y arrullarán tu nuevo nacimiento
los cantos nacidos
de tus pequeños brazos.

Una vez tuve un cuento
viviendo en mi casa.
Fue un regalo inesperado
que me trajo un relámpago.

Creció como crecen
los cuentos ideales,
con un poco de aliento
y dos gotas de agua.

Descubrí una mañana
que tenía una hoja,
que se hizo una rama,
que se hizo un gran árbol
lleno de palabras...

Era un cuento animoso                                    
desbordante de vida,
y fluía en su frente
un párrafo infinito.
!Las colinas lo amaban¡

Se alejó por diciembre
a encontrar su camino,
porque él era un cuento
de esos de andar por tierra.

Una vez tuve un cuento
que buscaba ser libre,
alcanzar la belleza,
el poblar de los libros...

Hace poco lo vi
al volver de una calle,
iba absorto en sus cosas
mirando a los tejados.
Llevaba letras rotas,
un verbo descosido...

“¿Dónde vas cuento mío?
¡Cuánto tiempo sin ti!
No pareces mi cuento...
¿No te sientes feliz?”.

Y al mirarme, sus ramas,
deshojaron dos versos,
y al revuelo del viento
se abrazaron a mí.

⭐⭐⭐

Clarisa Tomás Campa.  © All Rights Reserved.
(Poema publicado en el libro:
 "Donde los puentes se alzan". Letrame editorial,  diciembre 2017).
Gracias, lectores. 🙏
Merci beaucoup à tous!

J’écris pour ne pas crier... Poema que fue publicado en este blog en fecha 12/12/2015. Lo publico de nuevo y supongo que muchos de los que me leéis, sabéis el porqué.
El poema aparece en el libro: Donde los puentes se alzan, pág. 74.
Escribo para no gritar, para ocupar el silencio que llora el mundo.
Grâce à vous, chers lecteurs, je continuerai à écrire, publier... 🙏💚🌿🐾😉📚

viernes, 3 de enero de 2020

MEMORIAS DE UN NAUFRAGIO


 "After the wreck" (Amanecer después del naufragio).
Pintura de William Turner (1775-1851). Paisajista inglés.


Memorias de un naufragio


   El mar arrojó mi cuerpo a la orilla. Toda yo, blanca como una luna de mayo, permanecí tendida sobre un tiempo muerto; fueron horas, días, o quizás un siglo desvelado de observar la espuma que levantan las olas.
   El sol estaba enfermo o escondido —supuse—, porque no sentí su calor ni el aroma que suele despertar en lo vivo, cuando él se planta. Las montañas eran nubes oscuras en líneas de horizontes amortajados. Y por encima de mí, ni una voz cálida, ni un vuelo de pájaro, ni un pétalo de rosa... Abrí los ojos. Volví a cerrarlos.

   Era el día de Navidad en aquel mundo de orilla urbanita, así me dijo una voz en un francés precario que yo entendí. Magullada y huesuda, sobre una camilla, “rompí aguas” de camino a algún hospital... No sabía de dónde venía ni dónde estaba.

   Entonces, en mi mente cansada, el llanto de un niño recién nacido, llora. Y yo busco a la madre y ella fue a buscar leche y alimentos... Un niño llora y nadie acude. Yo corro a su lado y lo tomo en mis brazos y quiero amamantarlo... Pasan las horas, mis pechos no tienen leche... La madre está buscando en las sombras, remece hojas secas, escarba en la tierra... Y el llanto del niño no cesa y en mis brazos el dolor se hace punzante...
   Comienzo a caminar sonámbula en la noche fría, voy detrás de los árboles que huyen. Me adentro con ellos en el vientre de la montaña, buscamos calor que no nos calcine. Me siento junto a ellos en el Hogar de los que no retornan al mágico camino de la risa. Estamos en silencio, ellos con sus copas cabizbajos; yo, con mis brazos caídos.

   Y de nuevo un llanto de niño recién nacido se cuela entre las rendijas tristes y creo que revivo. Algunas ramas revolotean como si quisieran alcanzar sus gorriones perdidos. Una estrella aparece en la ventana como una pirata legendaria y me guiña un ojo.
—¡Despierta! ¡Es una niña!— Oigo una voz agradable que resuena en mi oquedad, trae una esperanza y pan en un cestillo. A lo lejos, un perro chalanea con el aire, despiertan a las viejas ojeras de los mares.
¡Hemos nacido! —me digo incrédula—. De mi pecho brota leche. El llanto cesa.


Clarisa Tomás Campa. © All Rights Reserved.



Gracias, lectores. 🙏
Merci beaucoup à tous!