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jueves, 14 de noviembre de 2013

LOS VALORES DE LA VIDA

Imagen del film: Inocencia interrumpida (1999). Director: James Magold.

Los valores de la vida

Hoy quiero contarles una historia mínima, un trozo de alguien que siempre soñó con cosas imposibles; con cosas poco comunes; esas que no producen dinero pero sí riqueza invisible, y sobre todo: claridad. Plenitud de sentir el encuentro con la vida. Porque cuántas veces al hacernos adultos y llenarnos de responsabilidades, no nos habremos preguntado si: "¿era esto lo que yo quería...?" Posiblemente no tengan remedio algunas cosas, es cierto: lo vivido, vivido está. Las decisiones tomadas nos llevan a sus consecuencias. Pero tampoco debemos martirizar nuestra mente por ello, porque lo que sí podemos hacer es cambiar en adelante. Virar nuestro presente  y cambiar algo, o en algo, o por algo... Y darnos la satisfacción de atrapar algún sueño perdido.

Solemos creer en demasiadas cosas y darlas por válidas por aquello de que siempre fue así; así me lo enseñaron; eso es lo que se espera de mí... Eso es lo que figura en todos los escaparates. Los paradigmas que se nos muestran en la vida, y que no son más que limitaciones a nuestra "felicidad"; solemos asumir sin preguntar, aceptar sin comprender, incluso en las arbitrarias incoherencias que la sociedad nos muestra como "verdades". Pero yo: soy yo (dijo alguien). Y dejando las "circunstancias" de aquél a un lado, nuestros sueños, muchas veces, no compiten con nuestras circunstancias para ser realizados, sino con nuestra voluntad y, por inercia, con nuestro miedo.

De hecho, si nos preguntaran qué cambiaríamos de nuestra vida presente, si pudiéramos, seguro que muchos volveríamos a nuestros pocos años, y veríamos que nuestras inquietudes de entonces no tomaron el camino imaginado, sino "ese otro" que la sociedad nos muestra como el único posible para nosotros. ¿Elegimos? O simplemente asentimos y amén. Es evidente, que la asertividad es una de nuestras asignaturas pendientes. Ni nos hacemos valer, ni sabemos cuánto valemos. 

Es difícil, después de años de ver y oír la repetición de tal número de "monerías" que producen la felicidad, que descolgarse de lo populoso con sus pegamentos "pegamentosos", cuesta. Y un día, descubrimos (por esa inquietud de búsqueda que nunca nos abandonó) que todo es engañoso y no vale la envidia. Y que la felicidad no está en esto o aquello; ni es esto, ni lo otro; ni se compra, ni tiene precio. Ni se gana en la ruleta, ni se cambia por un póster de Brad Pitt de cuando andaba en el Tibet. Ni cae del cielo como la mirada de Angelina Jolie en aquella "Inocencia interrumpida"... Y ése será nuestro mejor día: el día más claro. Habremos comenzado a caminar hacia ella... Porque la felicidad nos busca; porque ella sí sabe lo que valemos y nos persigue con su regalo... Porque solo hay que ir hacia ella.

Para mí la felicidad significa: Poesía. Está en toda la que puedo dibujar...


Historia Mínima

Caminaba sin prisas, mientras la tarde gris
cimbreaba delirios entre el maizal en flor.
Y en púrpura eclipsada
la luna de los sueños
iba muda en la boca,
triste en los ojos.

Pasos silenciosos hacia el iris fluvial
de aquél constante ir como abeja en la jara,
un remolino de ecos
vertebrando palabras: surtidor de los tiempos.

En el borde de la senda, 
las piedras temblaban sus sonidos;
los caracoles besaban las huellas
del musgo silábico y embarrado,
el viento dejaba olor a trueno de voces.
Dolor de la tormenta,
 bruma de ensueños,
caídos pensamientos mordían la lluvia...

Pero nada detendrá el viaje del anhelo
aferrado a los pies del que viaja
con el verbo en las manos,
con la palabra a cuestas...

No importan taladores, ni el horizonte yermo,
ni la hojarasca bruta con su flama destructora...

Quien haya de anotar en páginas calladas
su esgrimir y la esencia de su aliento,
abrirá su corazón y tendrá la fuerza.
Y ella llegará, deseando dibujar
en los blancos linderos
un vocablo de sí expresado con gracia.

Triunfará la palabra nacida de tu pulsar
y sabrá dejar vida...
Feliz se pronunciará en latidos unánimes
en los cielos, en la tierra,
aunque la tarde gris
se cimbree en los ocres del gran olvido.

🌱🌱🌱

De mis propuestas aún inéditas: "Felicidad sin cuentos" y "El portal de las palabras" por Clarisa Tomás.

Clarisa Tomás Campa. © All Rights Reserved.

Gracias, lectores. 🙏
Merci beaucoup à tous!