miércoles, 27 de febrero de 2013

NIÑO DE PLATA

Imagen del film: "Mi Chica" (1991) de Howard Zieff. (Película inolvidable).

Al tiempo de la niñez,
cuando las cosas tenían su propia aventura estelar...

Niño de plata

Tengo para mi bien, un corazón armado
con guirnaldas de tréboles
y flores amarillas trepadoras,
incesantes, perdurables.

...Y era un niño de plata quien llegaba a mi puerta
en inviernos calados, y callado esperaba
con su cara rosada y sus brazos largos como estelas.

Yo también era niña de boca sellada
que jugaba con risas tiernas caídas de la lluvia...
Me alegraba su cara de luna llena,
su boca bordada
con arco iris creíbles y sinceros.

Era buena mi infancia de enredaderas,
entre hilos de cometas voladoras.
Y subía ¡tantas veces! por escalas columpias
y volteaba en el aire,
aleteos sobre la cornisa
más allá de ondas cristalinas,
más allá del sabor
del algodón de azúcar.

Fue aquel tiempo de pruebas nucleares
que cielo y tierra se abrasaron de golpe:
la lluvia se hizo espesa,
el invierno llegó tarde
sin su capa de nieve,
sin su manto de cuentos y princesas.

Y perdí tu mirada, quedé extraviada...
Fue una mañana sin refugio de hadas.
¡Y no he vuelto a verte niño de plata!

Tú, que a mi casa llegabas
en los inviernos fríos y algo rotos,
con tus ojos de luz.
Y yo, trapecista indomable,
subía a tus ventanas sin temor.
¡Cuántos paisajes vimos
mientras nacían estrellas en racimos!

Se fundió la blancura con el rojo sensible,
entre islas prendidas de las nubes.
Cayó la magia de luna,
murió el duende de las locuras...

Mas..., para mi consuelo,
un corazón armado con guirnaldas tengo.
¡Niño de plata de ojos luceros!
Miles de campanillas
me crecen sobre el pecho,
guirnaldas de tréboles
y flores amarillas...,
dulces como el recuerdo.
🌻🌻🌻

Clarisa Tomás Campa. © All Rights Reserved.

Gracias, lectores. 🙏
Merci beaucoup à tous! 

domingo, 3 de febrero de 2013

PASAJE A LA INDIA

Imagen del film: Pasaje a la India. (Cuevas de Marabar). 
Director: David Lean (1984).
Me enamoré en una colina
embriagada por el perfume 
de las flores de manzanilla...
Pasaje a la India

Entre la multitud te encuentro,
entre calles populosas ardientes,
junto a pasos de vidas acostumbradas,
sin más magia que la prisa.
Me enamoré sin saberlo...

Y llegas con tu risa desconocida
a mi corazón sin emociones,
orbital campanilla de acento
no escuchado antes,
de hombre que aún busca
la llave de la alegría,
y acaso, de niño que a anhela
un día sin guerras fluviales...

Sin más equipaje que tu buena conciencia,
sin más billete que un pasaje a la India
que el destino metió en tu bolsillo.
Y subir al Himalaya por la cordelería del Tibet,
sin destino fijo, sin proclamas ni victorias,
sólo con tus pies dispuestos a la revelación.

Singular momento, confabulación del Hado,
alineación de planetas sobre nuestras cabezas
revolucionarias. 

Me enamoré mientras me sumergía
en inquietudes de juventud caudalosa,
me enamoré hasta las lágrimas...
Mariposas acaloradas esperando el rocío,
caracoles cristalinos sobre los tiernos tréboles...

Y perdurarás en el tiempo con todos los detalles,
tu mirada cálida en mis ojos que te admiran por siempre,
detenida estoy en tu inmenso reflejo.
Me enamoré un día verde de primavera...

Sí, te encontré un día incipiente
no escrito en mi vocabulario,
en la hora ajena a las preocupaciones,
en un tiempo sin verbos conocidos, 
en el lugar donde pasado y el futuro
formaban un anillo en la misma semilla.

Quiero verte de nuevo en el despertar,
sólo con el porvenir a cuestas,
sin sospechas amargas ni futuros ruinosos.
Tú y yo inversos e inmersos en un hilo de vida escalador,
donde dos personas se enlazan en verdades valiosas,
escapados de la escuela, alejados de las largas hibernaciones.

Te enseñaré a bailar la danza de mis secretos,
aquí, en mis dominios donde el viento es suave
y el ángel rejuvenece sus alas...
Aquí en mis jardines de bellos nenúfares.
Me enamoré mientras cantabas a la luna de mayo...

Y serpear destinos a nuevas cumbres,
y descubrir la armonía de horizontes aún dormidos, 
quizá de Nepal brillante
en nuestro ideal de felicidad sin cuerdas.
Me enamoré hasta la muerte.
🌞🌞🌞

Clarisa Tomás Campa. © All Rights Reserved.

Gracias, lectores. 🙏
Merci beaucoup à tous!

lunes, 7 de enero de 2013

FRESAS SALVAJES

Imagen del film: Fresas Salvajes (1957) del director Ingmar Bergman
                                    
 (Ciclo: Cine Clásico en la Universidad).

En la ventana del recuerdo,
te escribo en blanco y negro...

Fresas salvajes

Abrazada a ti por voluntad y vida,
enamorada sin hastío ni descanso,
hasta que mis huesos se deshagan como lluvia,
hasta que mi aliento se eleve como pluma...

Río en ti, contigo, por ti...
Me enamoras más cada día
con tu anhelo y tu forma de contemplarme,
bajo el enfoque de tus encuadres perfectos.

Tus ojos son dos libélulas azules
que me llevan al bosque
por encima de tu río sonoro.

Y alcanzamos cumbres
como alpinistas intrépidos,
ladrones de instantes, 
rebeldes con causa bien medida, 
anhelantes por subir al nido de los besos.

Te inventas cuentos, te nacen palabras
nuevas en tu diccionario
de ideas luminosas, versátiles
en tu boca, me saben a fruta
no probada de frutales
que aún no tienen nombre.

Nunca existe el cansancio
entre tus días y los míos; nunca
partes sin mí, nunca vienes sin ti;
ni mueren tus ganas de estar cerca de mí,
corazones al unísono, tu mano en mi mano.

Llegas con tu sonrisa sanadora
en tu alarde de nuevos escenarios...
Siempre diferentes, siempre realizador magistral
de nuevo ensayo, sutil recreas con vivo encanto
nuestros momentos más felices, 
como aquel bello film inolvidable de Bergman
y me regalas tus maravillosas Fresas salvajes...

Me acurruco en el hueco de tus brazos,
y me llevas a un jardín de esperanzas
que han venido a nuestro encuentro.
Te miro y me quedo en la magia de tu cielo,
en la luz de nuestra casa...

🍓🍓🍓

Clarisa Tomás Campa.  © All Rights Reserved.

Gracias, lectores. 🙏
Merci beaucoup à tous!
(Comenzando mi experiencia de escribir en blogger, gracias por vuestra lecturas y comentarios) 🙋‍♀️