Montaña de perros de Elena Barón (2013). (Admirable artista. Gracias)
Clarisa Tomás Campa. © All Rights Reserved.
El dios del mástil
Abro la puerta,
dejo entrar un mañana
muerto de miedo.
Al ayer lo despido sin lágrimas.
No quedan mares que despedir,
me acurruco en la sombra de la ola.
No hay memoria en las calles,
las casas sin tejados enseñan
sus desnudos interiores,
ni una silla, ni una mesa,
ni una luz encendida;
la sopa está sin plato, las sábanas
por el suelo se desploman.
Hoy el sol se ha tapado la cara
y creo que de vergüenza.
Algunos caminantes, desorientados,
cruzan el puente donde termina la ciudad.
Desde mi ventana de verde ojera
los veo desaparecer en el escalofrío.
Allá, junto al mástil blanco de la montaña,
un perro duerme a los pies de dios.
Son dos iguales
dándose calor y abrazos tiernos.
Dos amigos que comparten
un plato de sopa y se cuentan desdichas.
Dios le cuenta a Perro sus arenas
de millones de fuegos y astillas.
Los mares que tuvo que andar
para salvar su último barco.
Perro, dulcemente, con su lengua inmaculada
le lame los hilillos de sangre
que resbalan de una espina de su pelo.
Los veo cómo se abrazan,
mi solo corazón vuelve a navegar
entre los peces victoriosos.
Salta una chispa alegre
entre mis dientes y mis huesos,
es un colibrí recién nacido,
mientras suena el silbido de la ardiente tetera.
En mis paredes, los ojos de Vida se entreabren...
Pestañean de nuevo, como si tuvieran
su vital impulso primario por diadema.
Me alegro de ver lo que veo
en mi mar de ausencias infinitas,
tan culpables, tan anchas, tan viejas.
La montaña despliega su vela en las alturas,
un soplo de eternidad emerge
sobre las cabezas grises.
Junto al escaso aire que me sostiene,
un cachorro velero revolotea y quiere andar.
¡Qué bien! —le digo al ojo del rincón
donde duerme la noche y la tormenta—:
¡Dios no está solo! ¡No estará solo!
🌟🌟🌟
Clarisa Tomás Campa. © All Rights Reserved.
Queridos amigos, lectores:
Seguimos en pausa forzosa, pero es un tiempo valioso para mirarse, para alegrarse, para reconocerse. Yo, me miro en las palabras escritas, me alegro de reconocer su belleza, me reconozco en ellas como en el pecho de la madre; como en los ojos del padre. Quizá es lo más valioso para mí en este tiempo, porque creo que hay que detenerse a veces para no perderse los detalles de la Vida.
Y puede que yo, como escribía Aleixandre: "Escribo acaso para los que no me leen". Pero esto de escribir me da felicidad. Con todo mi cariño. ✍📚🌹😷🤗🙋♀️Bonheur et santé à tous! Merci à mes amis lecteurs!