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viernes, 19 de julio de 2019

EL PINTOR DEL MAR


El pintor del mar


   Hace unos años, en un viaje a Varna, conocimos a un extraño que nos dejó honda huella. Recuerdo la historia de Borysko, un excomandante del ejercito ruso de la época en la que colapsó la Unión Soviética, y que había terminado alcohólico y sin hogar. Vivía en la playa. Solía pintar el mar y mientras lo hacía, susurraba el sentimiento que lo invadía. Algunos se paraban a escuchar su soliloquio y mirar sus garabatos. Pero nadie se quedaba mucho tiempo junto a aquel loco exiguo. Mi familia y yo, sí nos quedamos.
   Era nuestro último día de vacaciones y fuimos a despedirnos del mar negro. Al ver a Borysko en aquel trance frente al mar, nos sentamos sobre la arena a su lado y lo escuchamos hasta el final de sus pinceladas.

   Antes, en aquella mañana de julio, disfrutamos de una visita al Museo Arqueológico y sus famosas reliquias tracias de seis mil años de antigüedad, después almorzamos en el parque Primorski. Salido de una luz marina, apareció el hombrecillo de pobre aspecto, abigarrado y con barba de mil años. Cargado con sus bártulos se encaminó en dirección al paseo marítimo. Fue nuestra pariente Katiusha, la que reparó en su guerrera de combate desnutrida. En su pechera, sin embargo, lucían un sin fin de medallas con estrellas doradas, rojas y plateadas, que lo hacían brillar como un nacimiento de solecitos. Recuerdo que Katiusha se emocionó como la voz de una antigua canción de amor que sonaba...

   En un rincón de la playa de Varna, volvimos a verlo esa tarde. El viejo soldado pintaba olas. Le hablaba al mar y blandía su pincel como un fusil que sabe de victorias. En mi cuaderno de viaje plasmé su voz gemidora, junto a un plumón que el viento trajo en un revuelo...

   “Soy un hombre perdido. Perdido como un perro vagabundo sin calle donde dormir. Como el diente de león en los páramos. Como el olvidado en el corazón de Siberia... En tu orilla, ¡oh Negro!, mis manos se baten con las olas y se hacen blancas.... Recogen miradas que cayeron al mar desde su historia...
   Algunos transeúntes me dejan en el cestillo monedas para un trago; otros dejan panecillos que no puedo roer; pero a veces, algún niño me deja una chocolatina envuelta en sonrisas. Los niños me comprenden. Iluminan con su chispeante dulzura mi diario amargo...
   Soy un hombre solo. Solo como el «yo» sin atisbo de Verbo. No tengo compañeros de patio. El tiempo de jugar ya pasó...
  Las olas saltan, me alcanzan de lleno y entonces las prisiones se abren y yo escapo con el mar. ¡Pobre pintor!, —alguien dirá—. Pocos son los que compran mis dibujos. Pocos se llevan esta impronta en lienzos. ¿Acaso importa? Yo siempre he pintado para el ojo del mar...
   Trazo la cara del mar en su cárcel, en su arboleda de nubes, en su viento errático cargado de muerte; y en su lengua rastreadora y en sus raíces sin nombres, coloreo la herida. En los verdes olimpos y en las azules Ítacas de los valles del mar, remezo el arcoíris que ayer cerró los ojos...
   Deslizo el pincel, recojo otra mirada perdida y, ahí queda el mar prolongado. Trazo instantes, pinto melodías de suburbios trasnochados de tempo, que salta enjabonado de espuma. Que apenas se deja acariciar...
   Desde este ángulo, el mar y yo, somos la misma esquina. Incontables manos que se dejan llevar por el vaivén del empuje del vientre indómito. Un mismo estallido. La misma explosión... El mismo abandono a lo que surja mientra la gaviota picotea... Él y yo nos hacemos un hueco entre luces y llamas, saciamos la bravura del oleaje con baños de purpurinas...

   El mar habla continuamente. Lo escucho a barlovento. Cuenta proezas, le dejo narrar... En sus pergaminos coralinos guarda la sangre que derramé... Agradezco a quien pasa y nada pregunta, porque ya no recuerdo el origen de mis palabras solubles, y si hubo un lugar donde habité en sus desfiles...

   Vengo a esta playa como una costumbre de mis pies, por la inercia de mis botas. Admiro el mar, vuelco mi nave desolada en él. La que olvidé como una rosa en el viento. La que dejé al albedrío de los naufragios.
   Soy pinceladas demacradas de aquellas guerras que me abandonaron. Mientras dibujo, hay peces con suerte que escapan de las redes; un niño pasa corriendo detrás de un globo; una paloma herida se duerme a mi lado. Un ala delta sobrevuela la ensenada, deja su ruido arácnido. Y una joven sirena cae del cielo, se levanta de las arenas y se abraza a un joven sirenio con melena de león y maleta de leopardo. Acecho al sol en su baño de horizontes... La vida anda ajena a los eclipses. Aplaudo en mi interior la fuerza que no la derrumba. Porque yo una vez también fui Fortaleza.

   Mientras dibujo explosiones de burbujas y sales, me sacio con abrazos que otros se prodigan. Me conformo con la dolencia que tritura el día. Pero yo nunca fui éste que soy. No. Yo, era...
   Una vez fui otro. Sé que tenía un verbo interior que sabía conjugarse sin herir el idioma. Yo era más que un simple infinitivo, más que un nombre en decadencia. Y podía nacer en besos, y crecía en mil sabores...
   Ahora mis dudas pesan más que mis años. Y mis años ya no recuerdan sus canciones...

   Hoy es el día: ¡A tus órdenes, Negro!
   Soñoliento estoy entre turbulencias. He llegado al desquicio inenarrable. Es la hora, suelto mi mano. Ella dejará de dibujar... Cuando el día se aleje a su trinchera, también yo me iré... Mi mano acaba de caer y a mi alrededor, algunos ojos me admiran extrañados... ¡Oh Mar inconquistable, alza tu mano y pinta!”.

******

Clarisa Tomás Campa. © All Rights Reserved.

******

Gracias, lectores. 🙏
Merci beaucoup à tous!

Para vuestro interés sobre la tierra de Bulgaria, dejo enlace sobre qué visitar  de sus muchas maravillas:


sábado, 18 de mayo de 2019

SENDEROS VIOLÁCEOS

Imagen: "Doctor Zhivago", 1965. Director: David Lean.
Basada en la novela homónima del poeta y novelista ruso Borís Pasternak, Premio Nobel de Literatura en 1958.

"...Y lloré y reí porque siempre es nacer...
¡Porque siempre se vuelve a vivir!
Clarisa T.
 (Del libro Donde los puentes se alzan)


Senderos violáceos

En la distancia queda la soledad cantando...
Somos vagas luces moribundas,
opacas influencias disipan nuestra mente
y vamos cual hojas caídas al ritmo
del viento pasajero,
rozando duros suelos, sin descubrir alturas,
solamente fugaces, aparentes.

El amor nos duele sin consuelo
en el pecho,
sin medida horadó un volcán infinito
y al mirar su dulzura disipada en las nubes,
columna de cenizas
deshecha en las manos,
aprendimos a ver el color de lo exangüe.

Miramos
de reojo el espejo de vida
pendientes de nostalgias y nombres que se han ido,
ahogamos 
los suspiros que al esquivar se escapan
por miedo al canto íntimo,
tras los muros del mundo.

Fingimos
que gozamos de todas las delicias
y en nuestra cama, a solas,
lloramos
desvividos, playas de triste herida.

Y nada por hacer —ya todo lo intentamos—,
sobre el vagón continuo de nuestro calendario
hicimos del temor pupilas navegables.

Con un golpe diario nos marcamos los días
para nutrir la estrella que no nos pertenece
y así, medio inconscientes y más amoratados
subimos al tren de senderos violáceos.

Renuncia a su memoria un dolor bajo ruedas
que en el silencio pugna por ser ala sin freno...
Ausente la mirada, ya sin fuego ni brillo,
un corazón se rompe de tristeza valiente.
Un viajero cualquiera que cae y rueda.

En la brisa, unos ojos, de monótono mar.

💧💧💧

Clarisa Tomás Campa. © All Rights Reserved.

Gracias, lectores. 🙏
Merci beaucoup à tous!


Mon intention en écrivant est ..., rends-toi heureux.
Merci d'avoir lu, mon ami, lecteur.

domingo, 28 de abril de 2019

DE AMOR Y OTRAS RAÍCES


"El árbol del amor" de la artista Liliana Schlesinger.


"La superficie de la mar se ilumina
de color rosado. Sobre ella, el cielo se decolora".
Margarite Duras. 

De Amor y otras raíces

Primero fue Amor, estallido
de luz en nadas prematuras,
después llegaron los contornos.

Diviso amor, sobrecogida,
al ver su gen motivo desgranado
en el tránsito del mundo.

Amor de hoja pequeña, amor de flores
grandes, amores incontables,
perennes, inseguros,
etéreos átomos sobre las rosas
precursoras
y el ulular del peso de los siglos,
en los cálices.

Sostenido en la boca enmudece
en los dientes de un tiempo sin manecillas
y vuelve al combate, resucita
en la belleza pálida
de los ojos de los caminos,
exultante de idilios,
mezclado de vivencias, su destino,
en el juego de azares,
entre axiomas de aire.

Veo amor nacido y luego evaporado
sobre suelos terráqueos besa
almas, historias entregadas al mirar
desde el cubil de Lejos.

Amores desprendidos
de montañas que fueron
rocas vírgenes en el fondo del mar,
granos de estrellas dolidos
de espacios, liberados de fuegos,
de quimeras,
en ríos abiertos que no cesan
de caminar.

🌱🌱🌱

Clarisa Tomás Campa. © All Rights Reserved.


Gracias, lectores. 🙏
Merci beaucoup à tous!


martes, 11 de diciembre de 2018

DANS MA RUE

La chanteuse française ZAZ.

En el eterno presente... "Sin prisa y sin tiempo".
"Marea que al moverse parece estar dormida,
demasiado plena para hacer ruido o espuma".
Nan-ch'üan. (Tao).

Leyenda de una canción.


La canción Dans ma rue, de Édith Piaf (original), cuenta la historia de una joven que es forzada a prostituirse por su padre, ante la excusa que no les alcanza el dinero. El padre era alcohólico y estaba desempleado. Su madre era lavandera y la historia muestra una postal de las calles de Montmartre.

ZAZ, Isabelle Geffroy (su verdadero nombre) es una cantante que se formó en el conservatorio de CIAM en Bourdeaux. En 2001 comienza a cantar en la banda Fity fingers, luego con Don Diego.
Más tarde, recorrerá el País Vasco cantando en pubs. A su vuelta a Francia se presenta en cafés del centro de París. Llega a ser muy conocida en la escena de los barrios de Montmartre.
De 2007 a 2009 vive en Rusia y compone lo que será ZAZ, su primer disco. Y es al final del mismo donde encontramos la canción Dans ma rue, de Édith Piaf. Un bello homenaje a la inolvidable Môme Piaf ("pequeño gorrión") como se la denominó.

Édith Piaf, Édith Giovanna Gassion, que era su auténtico nombre, nació en el número 72 de la calle Belleville de París. Allí una placa conmemorativa dice:
"En las escaleras de esta casa nació el 19 de diciembre de 1915, en medio de la indigencia, Edith Piaf, cuya voz conmocionó más tarde al mundo".

Édith Piaf, cantante y letrista francesa, se crió lejos del lujo del que disfrutaría después en sus días de fama.
Hija de un acróbata de la calle y una cantante de cabaret, administradora de un burdel, tuvo una infancia dura. Durante sus primeros años, fue criada por su abuela paterna y más tarde se fue a vivir al burdel que su madre administraba, y a menudo se quedaba bajo el cuidado de las prostitutas.
Desde muy joven cantaba en las calles de Pigalle, Ménilmontant y en los suburbios de París.
Fue descubierta por el propietario (Louis Leplée) de un club nocturno y popular de París, que le ofreció cantar en su escenario algunas noches. 
En 1932 tuvo una hija con tan solo 16 años. La llamó Marcelle, pero la niña murió a los dos años. Su vida quedaría marcada por esta tragedia.

A mediados de la década de 1930, Édith, comenzó a ser llamada "pequeño gorrión". Su creciente fama se vio oscurecida por el asesinato de su benefactor en en 1936. Sus problemas como sospechosa se aclararon cuando se descubrió a los asesinos, una pandilla conocida de Édith durante los días en las calles parisinas.

En la época de la Segunda Guerra Mundial, Édith, ya era la cantante más importante de Francia. Cuando la guerra acabó, realizó conciertos por todo el mundo, destacándose los que ofreció en el Olympia Music Hall, en París.
Murió en octubre de 1963 a la edad de 47 años, después de luchar contra un cáncer de hígado.

En su epitafio reza una frase del Hymne à l'amour que tantas veces cantó en honor a su gran amor Marcel Cerdan (boxeador francés de origen español, con el que mantuvo un romance y que murió en trágico accidente de avión en 1949. Ella lo había conocido en un viaje a Nueva York, en 1946):"Dieu réunit ceux qui s'aiment" (Dios reúne a los que se aman).



DANS MA RUE

J'habite un coin du vieux Montmartre
Mon père rentre soûl tous les soirs
Et pour nous nourrir tous les quatre
Ma pauvre mère travaille au lavoir
Quand je suis malade, je reste à ma fenêtre
Je regarde passer les gens d'ailleurs
Quand le jour vient à disparaitre
Y a des choses qui me font un peu peur

Dans ma rue y a des gens qui se promènent
Je les entends chuchoter et dans la nuit
Quand je m'endors, bercée par une rengaine
Je suis soudain réveillée par des cris
Des coups de sifflet, des pas qui trainent
Qui vont, qui viennent
Puis le silence qui me fait froid dans tout le cœur

Dans ma rue y a des ombres qui se promènent
Et je tremble et j'ai froid et j'ai peur

Mon père m'a dit un jour : «Ma fille
Tu vas pas rester là sans fin
T'es bonne à rien, ça, c'est de famille
Faudrait voir à gagner ton pain
Les hommes te trouvent plutôt jolie
Tu n'auras qu'à partir le soir
Y a bien des femmes qui gagnent leur vie
En se baladant sur le trottoir.»

Dans ma rue y a des femmes qui se promènent
Je les entends fredonner et dans la nuit
Quand je m'endors, bercée par une rengaine
Je suis soudain réveillée par des cris
Des coups de sifflet, des pas qui trainent
Qui vont, qui viennent
Puis ce silence qui me fait froid dans tout le cœur

Dans ma rue y a des femmes qui se promènent
Et je tremble et j'ai froid et j'ai peur

Et depuis des semaines et des semaines
J'ai plus de maison, j'ai plus d'argent
Je sais pas comment les autres s'y prennent
Mais j'ai pas pu trouver de client
Je demande l'aumône aux gens qui passent
Un morceau de pain, un peu de chaleur
J'ai pourtant pas beaucoup d'audace
Maintenant c'est moi qui leur fais peur

Dans ma rue, tous les soirs je me promène
On m'entend sangloter et dans la nuit
Quand le vent jette au ciel sa rengaine
Tout mon corps est glacé par la pluie
Et j'en peux plus, j'attends qu'en fait
Que le bon Dieu vienne
Pour m'inviter à me réchauffer tout près de lui

Dans ma rue y a des anges qui m'emmènent
Pour toujours mon cauchemar est fini.


🌹🌹🌹
EN MI CALLE 

Vivo en la esquina del viejo Montmartre
Mi padre vuelve a casa borracho todos los días
Y para alimentarnos los cuatro
Mi pobre madre trabaja en la lavandería
Cuando estoy mala, me quedo en la ventana
Veo a la gente pasar
Cuando el día llega a desaparecer
Hay cosas que me dan un poco de miedo

En mi calle hay gente que se pasea
Yo les oigo murmurar y por la noche
Cuando me duermo, mecida por una canción
Me despiertan, de repente, gritos
Silbidos, pasos que se arrastran
Que van, que vienen
Seguidos del silencio que me hiela el corazón

En mi calle hay sombras que se pasean
Y yo tiemblo y tengo frío y miedo

Mi padre me dijo un día: “¿Hija mía
No vas a estar aquí siempre
No eres buena en nada ? eso es de familia
Tendrías que empezar a ganarte el pan
Los hombres te encuentran bastante guapa
Sólo tendrás que salir de noche
Hay muchas chicas que se ganan la vida
Paseándose por la acera?”.

En mi calle hay mujeres que se pasean
Yo las oigo tararear y por la noche
Cuando me duermo, mecida por una canción
Me despiertan de repente gritos
Silbidos, pasos que se arrastran
Que van, que vienen
Seguidos del silencio que me hiela el corazón

En mi calle hay mujeres que se pasean
Y yo tiemblo y tengo frío y miedo

Y desde hace semanas y semanas
Ya no tengo casa, ya no tengo dinero
No sé cómo lo hacen las otras
Pero yo no pude encontrar clientes
Pido limosna a la gente que pasa
Un trozo de pan, un poco de calor
Sin embargo, no soy muy audaz
Ahora soy yo la que les da miedo

Por mi calle, me paseo todas las noches
Se me oye sollozar y por la noche
Cuando el viento lanza al cielo su canción
Todo mi cuerpo se hiela por la lluvia
Y no puedo más, solo espero
A que el buen Dios venga
Para que me invite a calentarme cerca de él

En mi calle hay ángeles que me llevan...
Mi pesadilla se ha acabado para siempre.

🌹🌹🌹


ON MY STREET

I live in the corner of the old Montmartre,
My father comes home drunk every night,
And in order to feed the all four of us,
My poor mother works at the laundry.
Whenever I'm sick, I lean next my window,
Watching the people passing by to who knows where
And when the day is about to fade away,
There are some strange things that scare me a bit.

On my street, there are people strolling around,
I can hear them whisper in the night
Whenever I fall asleep, lulled by some tune,
All of the sudden I'm awakened by screams,
Whistles, and lurking footsteps,
Which come and go
Then there's a silence that makes my heart freeze all at once.

On my street, there are shadows, walking around
And I tremble, and I'm cold, and I'm afraid.

One day my father told me: "My daughter,
You will not stay here forever
You're good for nothing in this family,
So you'd better earn your bread.
Men seem to find you quite attractive,
All you have to do is leave at night
There are a lot of women who earn their living
By walking the sidewalks."

On my street, there are women strolling around,
I hear them singing and at night,
Whenever I fall asleep, lulled by some old song,
All of the sudden I'm awakened by screams,
Whistles, and lurking footsteps,
Which come and go
Then there's a silence that makes my heart freeze all at once.

On my street, there are women walking around,
And I tremble, and I'm cold, and I'm afraid.

And for weeks and weeks now,
I haven't got a home anymore, I have no money
I don't know how other girls do it,
But I couldn't find any customer.
I begged for charity,
For a piece of bread, a little warmth,
I'm not much of a bold/audacious girl
But now I'm the one who scare them.

On my street, every night, I walk around
You can hear me sobbing there, and at night,
When the wind blows its old song into the dark sky,
My body gets completely chilled by the rain,
I can't take it anymore, I wait
God to come and take me, hoping
That he will invite me to warm myself right next to Him.

On my street there are angels who guide me
My nightmare is all over now, forever!
🌹🌹🌹
Merci beaucoup pour cette belle chanson, Zaz.


Clarisa Tomás Campa. © All Rights Reserved.


Merci, lecteur.
Que le soleil brille pour vous.🙏🌹

domingo, 7 de octubre de 2018

EN RÁPIDAS ESTACIONES



En rápidas estaciones


Sabré donde vestirme cuando desnude el día...
Cubierta de blancas boltonias, en el sedun rojizo
que ya vuela,
imaginaré que soy luna de senderos.

Amarilla de hojas que huyen del desaliento
correré como corza perseguida
por truenos,
como el pequeño velero que escapa de la ola
y el batir de la muerte.

Subiré como el ave que jamás fue de tierra
a las cornisas nublosas,
anidaré en la frente fulgente del combate.

Despertaré la sombra del otoño dormido,
conformado de islas solitarias,
que se rinde al presagio, a las hordas
de ocasos ya decrépitos.

Y haré brotar de nuevo la alegría
moribunda de años, 
abandonada en las raíces de la sangre.
En los vientres mordidos
por dolores antiguos, besaré
tiernamente la esperanza que aún gime.

Y seré como lluvia que lame lo perdido
sobre el musgo, la piedra.
Como lluvia que llena el corazón vacío
de nuevas intenciones,
de brotes sonrosados que comienzan.

*****

Clarisa Tomás Campa. © All Rights Reserved.


¡Feliz tiempo!

Gracias, lectores. 🙏
Merci beaucoup à tous!

lunes, 27 de agosto de 2018

POR EL CIELO, A POLONIA

Gdansk, Polonia.
"Agito mi memoria,
tal vez algo en sus ramas,
adormecido por años,
salga de pronto volando".

"Pobudzam moją pamięć,
może coś w swoich gałęziach,
odrętwiałe przez lata,
wyjdź nagle voland ".

Wisława Szymborska. Escritora polaca.
(Premio Nobel de Literatura 1996).


Por el cielo, a Polonia

En la estación de embarque todo fue precipitado:
las maletas se adelantaron. Au revoir!
Mansas ovejas en la sala del matadero,
todas las maletas quedaron en Stand by.

Al pasar sobre las nubes se ven
atardeceres cobijados en sus lomos, sonrojados
de soles, esperan a las grullas en su vuelta de África;
—los ombligos se encogen, cosquillean los pies—.

La pequeña niña agita su mano con emoción
igual que un ala en su primera aventura.
¡Todo es tan ingenuo en las alturas!

La distancia en el cielo es un ojo fantasma, extraño;
con la misma pregunta sin respuesta parpadea,
se confunde entre millones de seres intrigados
en las ondulaciones del rumbo.

Se unen al viaje rumores del este, 
aleteos de pasajeros veloces,
tormentas aulladoras, eléctricas;
las grandes bocas de humo...

Recuerda a las líneas de salida de olímpicas carreras.
A una estampida en llamaradas en las dependencias del eco.
Todo se anuda, precipitado, al cuello del viento:
¡Ristras de pañuelos! Bienvenidas y adioses.

Todo sigue la corriente de un rutinario
de plegarias hasta su desembocadura.
Y entonces se abre la puerta tan esperada,
—la gran puerta donde arriba el viajero
ávido de indicios por descubrir—.

De par en par se muestra la ancestral memoria
en los ramales lucientes de su arboladura.
Las jaulas humanas, cercadas de pasado,
trasnochadas en violines de rojo y gris;

los barcos de guerra que ahora son palomas.
Nobles paraísos, iluminados,
vislumbran los sueños de la ciudad cautivadora
de almas. Mon amour, Varsovia: Je suis ici! 

🌹🌹🌹

(Poème recueilli dans mon journal Voyage, Août 2018).


Clarisa Tomás Campa. © All Rights Reserved.

Palacio de la Cultura y la Ciencia de Varsovia. (Pałac Kultury i Nauki).

Krakowskie Przedmiescie.

Panorámica de Varsovia (Panoramiczny z Warszawy).

Gracias, lector.

Feliz tiempo, allá donde te encuentres...
Bon moment, où que tu sois...
Щасливий час, де б ви не були...
Szczęśliwy czas, gdziekolwiek jesteś...
Happy time, wherever you are...

Gracias, lectores. 🙏
Merci beaucoup à tous!

Nota: Las imágenes de este post no me pertenecen, están tomadas de internet y solo tienen permiso para uso editorial. Gracias.